Amnistía Internacional (AI) instó hoy al Gobierno de Papúa Nueva Guinea a tomar acciones preventivas y que castiguen la caza de brujas tras los informes del secuestro y posterior tortura de seis mujeres y un hombre acusados de brujería el pasado marzo.
El diario “The National” publicó ayer que las seis mujeres fueron quemadas el pasado jueves santo como sacrificio para erradicar la práctica de la hechicería en la aldea de Merep, en las Tierras Altas del Sur de Papúa.
Mientras, el varón, Komape Lap, pudo escapar de los torturadores y acudir a la Policía para denunciar los hechos, que aún están siendo investigados.
Según el relato de Lap, el grupo de mujeres, donde se encontraban sus dos esposas, fueron atadas de manos, desnudadas ante la muchedumbre y torturadas con hierros calientes colocados en sus genitales, antes de ser quemadas vivas.
“Debe ser prioritario investigar el destino de estas seis mujeres. En caso de confirmarse las denuncias, los autores deben ser llevados ante la justicia por el secuestro y los delitos de violencia”, indicó en un comunicado Kate Schuetze, investigadora de AI para Oceanía.
“El Gobierno (de Papúa) debe tomar medidas urgentes para evitar una mayor violencia relacionada con la ‘caza de brujas’ y proporcionar a los supervivientes apoyo y mayor acceso a sanitario”, reclamó Schuetze.