La pena de muerte en Estados Unidos comienza a tener una baja en sus indices, pero no se confunda, esto no es por una mejora en los procesos judiciales o quiza una dosis de moralidad en las autoridades de la fiscalia o reducción en los indices de criminalidad, sucede que la pena de muerte esta poniendose en juicio porque no hay quimicos para la inyección letal.
Estados Unidos cerrará el primer semestre de 2015 con 17 ejecuciones, seis menos que el año pasado por estas fechas y en vísperas de un fallo del Tribunal Supremo sobre un sedante utilizado en las inyecciones letales que puede cambiar el rumbo de la pena de muerte en ese país.
Este contencioso, cuyo fallo se espera para esta semana, tiene paralizadas las ejecuciones en la mayoría de los estados desde que en enero los magistrados ordenaron a Oklahoma dejar de inyectar midazolam a sus presos condenados a muerte.
La orden también afectó a Florida, mientras que otros estados las suspendieron a la espera del fallo del Alto Tribunal.
Desde entonces, tan sólo Texas y Misuri, los dos estados que copan 56% de las ejecuciones de los últimos tres años y que usan otra sustancia como sedante, aplicaron la pena de muerte.
Esa semiparálisis a la que estuvo sometida la pena capital provocó que la cifra de ejecuciones en el primer semestre de 2015 fuera de 17, seis menos que el 30 de junio de 2014, que a su vez ya fue el año con menos ajusticiados de las dos últimas décadas en el país.
Texas ejecutó a nueve presos, Misuri a cuatro, mientras que en enero Oklahoma (1), Florida (1) y Georgia (2) alcanzaron a repartirse el resto.