El uso de la pena de muerte en Estados Unidos ha caído a niveles no vistos desde 1991 de acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Información de la Pena de Muerte.
El informe de la organización sin fines de lucro publicado este miércoles indica que 28 ejecuciones se realizaron en el año 2015, menos que las 35 de 2014, y la cifra más baja desde 1991. 49 penas de muerte fueron impuestas, un tercio menos que las impuestas el año anterior. Las ejecuciones en 2015 se dieron en seis estados, cifra más baja desde 1988.
La mayoría de las ejecuciones en el país ocurrieron en Texas, Missouri y Georgia y dos tercios de las sentencias a muerte surgieron de 2% de los condados del país.
El número de los que esperan por su ejecución cayó a menos de 3.000 por primera vez desde 1995, indicó el reporte basándose en datos del Fondo de Defensa Legal de NAACP. California lidera esa lista con 746. Al menos 70 personas condenadas a muerte recibieron postergaciones o conmutaciones, más del doble del número de quienes fueron ejecutados. Seis prisioneros condenados a muerte fueron exonerados.
“La tendencia nacional hacia la abolición de la pena de muerte en la ley o en la práctica continuó: Nebraska abolió legislativamente la pena de muerte; la Corte Suprema de Connecticut declaró su pena de muerte inconstitucional; y Pensilvania se unió a otros tres estados al imponer moratorias gubernamentales en las ejecuciones”, dice el reporte del Centro de Información de la Pena de Muerte.
“La mayoría de los años no muestran las mismas caídas dramáticas en cada medida que hemos visto en 2015, pero el patrón general y la tendencia a largo plazo han sido de alejarse de la pena de muerte. Incluso estados que ejecutaron prisioneros en 2015 muestran señales de un uso disminuido de la pena de muerte”, se señala en el informe.