Las balas que dieron muerte al cantante Víctor Jara hace 36 años no provinieron del fusil de un conscripto inculpado, el único procesado en el caso, según un informe balístico revelado el miércoles en exclusiva por el matutino El Mercurio. Jara, cuyo cuerpo fue exhumado hace unos meses para pericias, fue sepultado oficialmente a comienzos de mes. El cantante fue torturado y muerto por militares en el estadio Chile, donde fue confinado junto a miles de detenidos al día siguiente del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, según informes oficiales.
El ex recluta José Paredes Máquez, quien efectuaba en la época su servicio militar, fue acusado de haber disparado una ráfaga contra el cantante y director teatral comunista. Es el único procesado. Un coronel a cargo del campo de detenidos murió hace un tiempo. Paredes, que tenía 19 años durante su conscripción, sostiene que fue obligado a dispararle a Jara pero que un oficial habría sido el autor de los disparos mortales.
El informe balístico de la Policía de Investigaciones (PDI) revelado en forma exclusiva por el matutino, señala que las lesiones del cantante no fueron causadas por el arma que usaba el recluta, sino corresponden a un arma semiautomática. Los disparos le fueron efectuados a quemarropa, por la espalda. La AP llamó telefónicamente a las oficinas de la PDI para conocer el informe pero un funcionario que declinó identificarse dijo que no habría comentarios al respecto.
La pericia, según el diario, muestra que Víctor Jara recibió también impactos en otras partes del cuerpo.
El diario dice que el informe balístico fue entregado hace un mes al juez de la causa, Juan Manuel Fuentes. El ex recluta procesado se encuentra en libertad condicional