El narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán pidió a su defensa acelerar el proceso de extradición a Estados Unidos para evitar las condiciones en que se encuentra recluido en México, afirmó el miércoles uno de sus abogados.
José Refugio Rodríguez dijo en Radio Fórmula que la petición de su cliente fue hecha “en un acto de desesperación”, en un cambio de actitud del hombre considerado líder del cartel de Sinaloa, quien tras su recaptura había desplegado una defensa para luchar contra la extradición.
El abogado dijo que buscarán negociar con Estados Unidos una pena baja y que esté en una cárcel de mediana seguridad.
“Es un acto reflejo de su desesperación”, dijo Rodríguez. “Un hombre en estas condiciones lo que trata es salir de donde está”, añadió.
La defensa y la pareja de Guzmán han dicho que las autoridades no lo dejan dormir y que su salud está en riesgo, aunque el gobierno sostiene que no se violan sus derechos humanos.
Guzmán fue recapturado en enero y enviado al penal de máxima seguridad del Altiplano, del cual se había escapado en julio de 2015 a través de un túnel de un kilómetro y medio que fue construido hasta su celda.
Desde su recaptura las autoridades han dicho que tomaron nuevas medidas, como cambiarlo de celda constantemente y mantener guardias frente a su calabozo con cámaras en un casco. También es despertado cada cuatro horas todas las noches como una prueba de que está con vida.
Rodríguez dio hace unos días a The Associated Press que Guzmán se siente como “sonámbulo”.
El abogado dijo que no abandonará su estrategia de defensa en México, que ha incluido la presentación de amparos para evitar la extradición, hasta no lograr un acuerdo con las autoridades estadounidenses.
“Él dijo: ‘hay que buscar una negociación con el gobierno americano”’, afirmó el defensor, quien lo visitó el martes en el penal del Altiplano.
Añadió que sabe de acuerdos con otras personas, aunque no especificó.
Algunos acusados de narcotráfico han alcanzado algún tipo de trato con las autoridades estadounidenses sobre la sentencia, aunque no está claro si alguno ha negociado en qué términos ocurre o el lugar donde permanecerá.
La embajada de Estados Unidos en México señaló que no comenta sobre casos de extradición, mientras que el vocero del Departamento de Justicia estadounidense, Peter Carr, también declinó opinar sobre los dichos del abogado.
El capo describió a su defensor que es mantenido “aislado” y “segregado” en un área especial.
La fuga en julio fue considerada una vergüenza para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y desató críticas sobre su decisión de no querer extraditar al capo.
El mismo presidente dijo recientemente que había instruido a su gobierno acelerar la extradición de Guzmán a Estados Unidos, donde es buscado por varios delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Funcionarios mexicanos habían dicho que el proceso de extradición duraría al menos un año, aunque ahora su abogado dijo que si se acelera podría durar no menos de dos meses.
El comisionado nacional de seguridad, Renato Sales, negó esta semana que se violen los derechos de Guzmán y aseguró que sólo está sujeto a una vigilancia especial debido a que ya se ha fugado dos veces de penales de máxima seguridad, incluido el del Altiplano.
“¿Debe estar una persona que se fugó en dos ocasiones de penales de alta seguridad sujeta a medidas especiales de vigilancia? La respuesta por sentido común es sí”, dijo.