El Centro de Prevención y Control de Enfermedades de la UE (ECDC, en sus siglas en inglés) ha advertido hoy de que “no se debe relajar la vigilancia” del virus AH1N1, ya que aunque la mayoría de los casos confirmados por ahora en Europa tienen síntomas moderados, su incidencia podría recrudecerse.
“Incluso si concluimos que es una pandemia moderada, no podemos bajar la guardia y relajarnos el próximo otoño, porque las pandemias pueden cambiar muy rápidamente”, advirtió Angus Nicoll, el director del Programa sobre Gripe del centro con sede en Estocolmo.
Además, aún se desconocen “muchas cosas” sobre el nuevo virus, como cuál será su efecto sobre los grupos de población más vulnerables, señaló Nicoll en rueda de prensa.
“Por ahora, casi todos los infectados son jóvenes, pero habrá que ver lo que sucede cuando llegue inevitablemente a otros grupos más vulnerables, como la gente de más edad o la que padezca otras enfermedades”, señaló Nicoll.
Actualmente, doce países del continente europeo cuentan con casos confirmados, de los cuales los más afectados son España, con 57, y Gran Bretaña, con 27.
De los más de 100 casos europeos confirmados, 15 de ellos corresponden a personas que no viajaron a Norteamérica.
El experto del ECDC señaló la importancia de “evaluar correctamente la gravedad de la posible pandemia”, ya que si sus síntomas son parecidos en todos los casos a los de la gripe estacional, no serían necesarias medidas drásticas.
“Si las medidas tomadas son desproporcionadas, la respuesta podría ser contraproducente”, subrayó.
Pero es posible que más adelante se produzca una “segunda oleada de la enfermedad, más virulenta que la anterior”, advirtió Nicoll, que citó el precedente de la pandemia de gripe de la década de los 80.
Con vistas a profundizar en el conocimiento sobre el nuevo virus, es necesario saber “por qué los patrones parecen tan diferentes en México y en EEUU”, dijo el investigador del ECDC.
A juicio de Nicoll, la mayor mortalidad registrada en el primer país “tiene que ver con el seguimiento médico”, ya que gran parte de los fallecimientos correspondieron a “los primeros casos que salieron a la luz, los de aquellas personas que sufrieron los síntomas más graves y entonces acudieron al hospital”.
Sin embargo, “no se tiene constancia de otros muchos casos con síntomas leves o sin síntoma alguno, debido a que no tuvieron seguimiento médico”, explicó el experto europeo