Por fin, la economía de Italia creció en 2015. El Producto Interior Bruto (PIB) de Italia creció un 0,8% en 2015 tras tres años de recesión, según datos definitivos del Instituto de Estadísticas Italiano (Istat).
La estimación anterior, del 12 de febrero, reportaba un crecimiento del 0,7%. Los años 2013 y 2014 registraron una contracción económica del 1,9% y el 0,4%, respectivamente. A mediados de enero el Banco de Italia preveía un aumento del PIB del 0,8% en 2015 y del 1,5% en 2016 y 2017.
Por su lado, el déficit público de la tercera economía de la zona euro descendió del 3% en 2014 al 2,6% del PIB, su nivel más bajo desde 2007.
El desempleo se mantuvo estable en enero (11,5%), según cifras provisorias divulgadas este martes por Istat. Sin embargo, el número de desempleados de 15 a 24 años de edad volvió a subir (+0,7 puntos más en un mes), alcanzando el 39,3%, muy por encima de la media europea, que es del 22%.
“Económicamente la situación internacional no es fácil, los mercados oscilan como un yo-yo, la crisis ha dejado terribles huellas. Sabemos que hay mucho por hacer, empezando por el desempleo juvenil y la batalla por la inversión, especialmente en el sur”, explicó el primer ministro, Matteo Renzi, en Facebook. Pero “los datos muestran que Italia se está recuperando”, subrayó.
Italia adoptó en diciembre la ley de presupuestos para el 2016, basado en un déficit del 2,4% del PIB, frente al 2,2% esperado en noviembre. La Comisión Europea debe pronunciarse en unos dos meses sobre esa ley, un tema que genera tensiones debido a que Italia quiere acogerse a las nuevas medidas de flexibilidad presupuestarias europeas por los altos costos que implica para el Estado la acogida de migrantes.
Sin embargo, varios países europeos, entre ellos Alemania, han recordado que Roma se ha beneficiado ya ampliamente de la flexibilidad. Las tensiones entre Renzi y la Comisión Europea, en particular con el presidente, Jean-Claude Juncker, se han aliviado tras la visita el viernes de este último a Roma.
Renzi recalcó que si se logra un déficit del 2,4%, se trataría “del más bajo de los últimos diez años”, reiterando su voluntad de disminuir la deuda pública.