Irán inició el domingo ejercicios de defensa aérea a gran escala destinados a proteger las instalaciones nucleares del país contra posibles ataques, reportó la televisión estatal, mientras un comandante de la fuerza aérea alardeó que el país podría detener cualquier ataque militar por parte de Israel.
El gobierno dijo que la práctica durará cinco días, en los que cubrirá un tercio del territorio de Irán y se extenderá por zonas centrales, occidentales y australes del país. El general Ahmad Mighani, director de la unidad de la fuerza aérea encargado de enfrentar las amenazas al espacio aéreo de Irán, dijo el sábado que las pruebas incluyen las regiones en donde se encuentran las instalaciones nucleares del país.
La práctica involucra a la Guardia Revolucionaria de elite de Irán, las fuerzas paramilitares Basij afiliadas a la guardia y otras unidades del ejército. Estados Unidos y sus aliados europeos acusan a Irán de haber comenzado un programa para el desarrollo de armas nucleares. Irán niega estos señalamientos e insiste que su programa tiene únicamente fines pacifistas, de generación eléctrica.
Israel no ha descartado emprender una acción militar para impedir que Irán obtenga armas nucleares. El comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria, general Amir Ali Hajizade, desestimó el domingo las amenazas hechas por Israel contra su país, diciendo que sólo son parte de una guerra psicológica.
“Estamos seguros de que ellos no pueden hacer nada contra nosotros, ya que no pueden pronosticar nuestra reacción”, dijo Hajizade, citado por el sitio de la Guardia en internet, Sephahnews. También el domingo, el ministro de Defensa iraní, el general Ahmad Vahidi, dijo que su país pretendía diseñar y producir sus propios misiles de defensa aérea, según la agencia noticiosa oficial IRNA.
Los comentarios del ministro fueron una aparente respuesta al retraso en la entrega de parte de Rusia de misiles antiaéreos S-300, un componente clave en la defensa aérea iraní. Irán argumenta que el retraso es presuntamente resultado de las presiones de Israel y Estados Unidos. Ambos países se han opuesto al acuerdo de misiles por temores a que Irán pueda usar el sistema para impulsar fuertemente sus defensas aéreas en las zonas donde están sus instalaciones nucleares, incluyendo su principal planta de enriquecimiento de uranio en Natanz.