Se acabaron las peleas intestinas en el PRD, al menos por el momento y claro, por un tema tan importante como lo es la sucesión de la dirigencia del partido.
Por ello mismo varios analistas políticos dan por sentado que en el PRD vislumbran una sucesión sin pleitos; la dirigencia no quiere más espectáculos y desprestigios ante la sociedad. Hacen muy bien, hay que comenzar a trabajar y crecer de cara a los comicios del próximo año y ya en su momento por los del 2018, que apropósito, ya tiene a aspirantes con la mano levantada para que nadie los de por muertos.
En la primera reunión de la comisión organizadora del Congreso Nacional del PRD, que está programada para septiembre, se impuso la instalación de cuatro mesas dictaminadoras, sin debates entre corrientes con la idea de “amarrar” los documentos que permitan la transformación del Sol Azteca.
Eso es hacer el trabajo al interior y homogeneizar criterios rumbo al avance del propio partido.
El plan, presentado por Pablo Gómez (integrante del PRD) en una reunión privada, es que el 17 de septiembre se instalen las mesas en distintos puntos del DF y que de ahí surjan los documentos que se llevarán a la plenaria los días 19 y 20.
No se por qué pero… el PRD sacará chispas querámoslo o no, aunque no nos enteremos de las fricciones que las provoquen.