El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad comienza el lunes en Brasil una gira que lo llevará también a Venezuela y Bolivia, con la idea de estrechar lazos con los países latinoamericanos que lo apoyan en su controvertido plan nuclear. Desde su llegada al poder en 2005, Ahmadinejad buscó establecer vínculos con los líderes sudamericanos de izquierda y consiguió así “lazos fraternales” con Hugo Chávez, el presidente venezolano enemigo declarado del “imperio yanqui”, como califica a Estados Unidos.
Luego de Brasil, el presidente iraní completará su gira latinoamericana de cinco días con visitas a Bolivia y Venezuela, para luego volver a Teherán con escalas en Senegal y Gambia. La influencia de la República Islámica entre los díscolos vecinos de su archienemigo Estados Unidos inquietan a Washington y su aliado clave en Medio Oriente, Israel, en medio de especulaciones de que Venezuela y Bolivia podrían suministrar uranio a Irán para su programa nuclear.
Irán asegura que sus actividades nucleares son exclusivamente civiles pero sin lograr apagar las sospechas de que puede ocultar una fase militar. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ha dado su apoyo al programa de desarrollo de la energía nuclear iraní siempre que sea con fines pacíficos, mientras busca para su país, candidato para integrar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, un papel de mediador en el conflicto de Medio Oriente.
Lula, quien 10 días atrás recibió al presidente israelí Shimon Peres, es un firme opositor a las sanciones contra Irán por el tema nuclear y defiende una posición de diálogo y diplomacia. En reciente entrevista con la AFP, Lula se mostró partidario de agotar la vía diplomática para convencer “políticamente” a Irán de que acepte una solución para su programa nuclear.
Brasil, dijo entonces Lula, “defiende que Irán pueda tener su política nuclear, de la misma manera que Brasil la tiene, y de la misma manera que existe la determinación de las Naciones Unidas” de que se “puede tener energía nuclear para fines pacíficos”. Israel acusa a Irán de buscar tener un arsenal atómico y, al igual que Estados Unidos, nunca descartó una opción militar para frenar ese eventual desvío.
En un comunicado previo a su viaje a Brasil y difundido el viernes, Ahmadinejad destacó la “necesidad de cooperación entre los dos países en diversos campos”. También abogó por la cooperación en Medio Oriente. “Si el pueblo brasileño y el pueblo iraní se unen en las cuestiones como el cruel ataque del régimen sionista al pueblo indefenso de Gaza, eso será por un deseo mutuo” por la paz.
Ahmadinejad llegará el lunes a Brasil con una apretada agenda de un día, que incluye un encuentro con Lula, una visita al Congreso, una rueda de prensa y un discurso en una universidad de Brasilia. Esta será la primera visita de un presidente iraní a Brasil, y el tercer encuentro con Lula, quien visitará Teherán en el primer semestre de 2010.
En su visita a Bolivia, Ahmadinejad y el presidente Evo Morales mantendrán una reunión a puerta cerrada y firmarán acuerdos bilaterales, según adelantó el gobierno de La Paz. Venezuela dará seguramente una recepción particularmente calurosa al mandatario iraní, dada la amistad que une a Ahmadinejad con Chávez, dos dirigentes “anti imperialistas” que ya se encontraron en septiembre pasado en Teherán.
“La colaboración entre naciones revolucionarias como Irán y Venezuela es en estos momentos necesaria”, dijo Ahmadinejad, según un comunicado dado a conocer el miércoles pasado. Venezuela e Irán han tejido una estrecha relación en los últimos años. Su cooperación se extiende a los ámbitos político, financiero, de defensa, industrial y tecnológico, entre otros.