La senadora del PRI, María Elena Orantes, impulsa una iniciativa para prohibir la venta de alimentos “chatarra” en las llamadas “cooperativas” de las escuelas primaria.
Senadores han reconocido la falta de reglamentación por parte de la SEP para poner orden en este fenómeno.
La senadora priista tiene agendada hoy jueves en el orden del día de la sesión de la cámara alta una iniciativa con proyecto de decreto que reforma la fracción ocho del artículo 75 de la Ley General de Educación, que se prevé sea presentada formalmente y turnada a comisiones para su análisis.
María Elena Orantes señala que a pesar de que las empresas han incluido leyendas de promoción del consumo de frutas y verduras, enriquecido con vitaminas y minerales algunos de los productos que ellas mismas elaboran, eliminado en lo posible las grasas transaturadas y disminuidos la cantidad de sal y azúcar, es necesario actualizar la regulación en materia de publicidad y cuidar los alimentos que se expenden en las cooperativas escolares, a fin de establecer reglas claras del juego para todos los actores, en beneficio de las nuevas generaciones de mexicanos y para disminuir al mismo tiempo, la epidemia del sobrepeso y la obesidad en nuestro país.
El artículo avala “realizar o permitir se realice publicidad dentro del plantel escolar que fomente el consumo, así como realizar o permitir la comercialización de bienes o servicios notoriamente ajenos al proceso educativo, distintos de alimentos”.
La reforma de adición señala que esto se podrá “siempre y cuando no se trate de alimentos y bebidas con bajo valor nutrimental que contengan altos contenidos de azúcares refinados, sal, colesterol, ácidos grasos saturados y transaturados y aditivos en los establecimientos escolares o cooperativas en los que se expenden alimentos dentro de las escuelas de nivel básico”.
En la exposición de motivos, la senadora reconoce la preocupación que existe en torno a la obesidad en los niños.
“La batalla contra la obesidad infantil requiere de una estrategia multifactorial que involucre a la sociedad, al gobierno y la industria, ya que es un problema en el que intervienen los estilos de vida, la cultura, la educación e incluso la publicidad. La obesidad infantil lanza cifras alarmantes. Según cifras de la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 1 de cada 4 alumnos de primaria, tiene problemas de sobrepeso u obesidad, mientras que 1 de cada 3 entre la población de 12 a 19 años, padece de esta problemática. Esto se debe entre otros factores, al alto contenido de azúcar, grasas y sal que consumen los niños en las escuelas, así como al alto consumo de refrescos y la falta de actividad física de niños y adolescentes.
“La nutrición es uno de los factores determinantes del estado de salud, de ahí que sea necesario realizar mayores esfuerzos para la aplicación de leyes y reglamentos dictados por la autoridad, que nos permitan atender con mayor prestancia, la situación de la población mexicana en esta materia. Nuestro país requiere de una mayor orientación alimentaría, necesitamos contar también, con criterios generales que unifiquen y den congruencia a las acciones de gobierno para generar una conciencia colectiva sobre la prevención de las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas en la edad adulta causadas por el sobrepeso y la obesidad”.
La senadora del PRI reconoce la urgencia fundamental de revisar diferentes experiencias internacionales para regular de mejor manera la publicidad que ayude a cambiar los hábitos alimenticios de las nuevas generaciones y, evitar con ello, que enfermedades como la diabetes y los riesgos cardiometabólicos se conviertan en una bomba de tiempo para la salud pública en nuestro país.
“La falta de legislación en la materia, hace de este proyecto de Decreto, una herramienta indispensable para atajar situaciones planteadas de tiempo atrás por nutriólogos del propio Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en las que se ha alertado que en menos de una década, 90% de los mexicanos tendrá sobrepeso u obesidad, por causa de dejar a un lado la dieta tradicional, para dar paso a la comida con bajo nivel nutricional y altas cantidades de grasas y azúcares.
“Por desgracia, la población infantil de nuestro país está resintiendo enormemente esta transición alimentaria, lo que ha ocasionado que nuestro país ocupe el primer lugar mundial en obesidad entre este núcleo de la población. Hoy nos enfrentamos a realidades alarmantes que nos indican que cada vez es más común ver niños que pesan lo de un adulto. Hay niños y niñas de entre ocho y 10 años de edad que en lugar de pesar 30 kilos pesan 60, lo cual nos debe hacer reflexionar y actuar para detener esta epidemia que crece desmedidamente en perjuicio de la salud de las nuevas generaciones”