Judith Vázquez Arreola y Lol Kin Castañeda sienten que están casadas desde hace seis años y medio que decidieron unir sus vidas, pero el jueves el Estado lo hizo legal y se convirtieron en uno de los primeros matrimonios homosexuales de la capital mexicana.
Vázquez, una teóloga de 45 años, y Castañeda, psicóloga de 33, son una de las cinco parejas del mismo sexo que fueron unidas en matrimonio civil por las autoridades capitalinas: las primeras bodas permitidas por una ley en América Latina.
“Por las facultades que me confiere la ley… los declaro unidos en legítimo matrimonio con todos los derechos y prerrogativas que la ley les impone”, dijo el director del Registro Civil de la ciudad de México, Hegel Cortés, en una ceremonia celebrada en el patio del edificio del gobierno local.
Una a una, las parejas dijeron que acudían libremente para casarse y sellaron la unión con una firma y su huella dactilar.
Fuera de las instalaciones del registro civil una veintena de personas protestaba por los matrimonios entre personas del mismo sexo.
“Yo respeto que la gente viva con quien quiera, pero no se le debe llamar a eso un matrimonio”, dijo Carlos Osorio, un hombre de 29 años que participaba en la protesta y en la que se alzaban pancartas con la leyenda “uno+unamatrimonio”.
“Estamos casadas, para nosotras, desde hace seis años y medio. La diferencia es que hoy el Estado nos va a reconocer”, dijo Vázquez antes de la ceremonia en su casa al norte de la ciudad de México, a punto de ser maquillada, y rodeada de cámaras y reporteros que buscaban registrar las horas previas a su boda.
Uno de los testigos de honor fue el alcalde capitalino Marcelo Ebrard, un político izquierdista que ha recibido duras críticas de la Iglesia Católica, una de las principales opositoras a los matrimonios gays.
Vázquez y Castañeda llevan desde el inicio de su vida juntas unos anillos, que ahora volvieron a intercambiar como un nuevo acto de compromiso.
“Si algún día flaqueamos, estos anillos son un recordatorio de las esperanzas y los anhelos de muchísima gente que representamos y que quizás no tienen voz o están en el clóset”, dijo Vázquez.
Entre su felicidad, sin embargo, había una nota triste: Vázquez no estuvo acompañada por su familia.
“Ellos siguen en esta idea de prejuicio social… es como un destierro, como si estuviera huérfana, y es lamentable que alguien a quien tuviste, a quien amaste y educaste, se esté perdiendo la alegría de este día”, comentó Castañeda.
La ciudad de México, gobernada por la izquierda desde 1997, hizo historia cuando en diciembre se aprobaron y promulgaron modificaciones al código para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y que esas parejas puedan adoptar niños.
Las reformas eliminaron del código civil las palabras “hombre” y “mujer” del concepto de matrimonio, que ahora es definido como “la unión libre de dos personas”.
Argentina ha sido el escenario de dos matrimonios entre parejas del mismo sexo, aunque la ciudad de México es la primer localidad en permitirlo en sus leyes.
Los matrimonios homosexuales comenzaron en medio de la férrea oposición de la iglesia Católica y en espera de que la Suprema Corte resuelva en los próximos meses una impugnación del gobierno federal contra las reformas que considera inconstitucionales.
El máximo tribunal admitió la impugnación, aunque no detuvo la entrada en vigor de las reformas hace una semana.
La ciudad de México ha aprobado en los últimos años otras iniciativas consideradas polémicas por algunos sectores como la despenalización del aborto, que aunque también fue impugnada, la Suprema Corte declaró constitucional.