La batalla ¿termina? ¿Comienza? ¿Continua?
El martes catorce de septiembre, mientras un montón de mexicanos esperábamos que llegara la celebración del bicentenario de la independencia, Microsoft lanzó al mercado una entrega más de la que ha sido su franquicia más lucrativa: Halo.
Por supuestos que a los pocos minutos â??treinta a lo muchoâ?? del lanzamiento, ya estaba yo adquiriendo una copia, para poder quemarme las pupilas con un fin de semana de puro Halo: Reach y poder comentar con ustedes las impresiones que éste me ha dejado.
Hablar del Halo nunca ha sido fácil, tiene tantas cosas a las que uno puede prestar atención. Por un lado hay cosas buenas, que cuando uno las comenta la mayorÃa de los hard core fans le aplauden a uno; pero por el otro también tiene cosas malas, que cuando uno la comenta arriesga su virtual pellejo.
Dicho lo anterior Halo: Reach cumple con tener las dos, es como jugar dos juegos diferentes, uno que es el complementa la historia de Halo y el otro el modo de multijugador.
Comencemos por la historia. Si hay algo que los jugadores hemos aprendido de todas las entregas de Halo es que las historias épicas nos encantan. Este sentimiento de ser parte de algo que nos rebasa; de ser el héroe misterioso que será la diferencia entre la destrucción total, o la salvación, nos encanta, y el Halo realmente ha sabido explotar eso. Ese sentido épico ha estado presente en todas las historias del Jefe Maestro, incluyendo Reach; sin embargo algo falla con este último tÃtulo. Para comenzar es una pre-cuela, lo que quiere decir que ya sabemos cómo va a terminar el asunto. Por otro lado Reach repite lo mismo que hemos visto en los juegos anteriores, y si bien no es tan decepcionante como ODST, tampoco logra la excitación que nos provocó el Halo 3. Mas la campaña no es mala, sólo que no tiene muchos elementos nuevos. Algunas mejoras a las armas â??las nuevas carabinas son lo máximo, igual que las escopetasâ??, y por supuesto la modalidad de dog fight, donde el personaje principal, Noble Seis, demuestra sus habilidades como piloto. Pero hasta ahÃ. La historia, más allá de ser ya conocida en el canon del Halo, es predecible. ¡Ah! Y la inteligencia artificial de los otros Spartans es mala.
Y después está el multijugador.
No cabe dudad que en muchos sentidos Halo ha sido punta de lanza; ha marcado la pauta de lo que debe de tener todo fps, al punto de que muchas compañÃas siguen buscando su Halo Killer, ese juego que haga que todos los jugadores nos olvidemos de la joya en la corona del Xbox. Pero nadie lo ha conseguido aún, y en el caso del mutlijugador de Halo: Reach, Bungie nos presenta un modo de juego excitante, capaz de mantenernos pegados a la consola por horas y horas, ya sea con propios o ajenos.
Para abrir boca, Reach presenta un módulo muy parecido a la horda del Gears of War, con la diferencia de que las vidas son limitadas y todas se comparten, es decir, si hay diez vidas y matan a un jugador, ahora solo quedan nueve, si matan a otro: ocho, y asÃ, lo que obliga a los jugadores a funcionar como un equipo y cuidarse las espaldas unos a otros.
Como plato fuerte algunos viejos conocidos, como el Slayer (todos contra todos) o la muy particular versión del futbol americano de Halo, ideas que han funcionado en el pasado y, vaya que si funcionan ahora.
El remate de todo está en los cráneos, que en lugar de ser logros que no sirven para nada, ahora tornan más difÃcil e interesante el juego, de tal suerte que nunca se vuelve repetitivo y siempre tiene un reto nuevo.
Reach es definitivamente el juego que se tiene que adquirir en otoño, entre otras cosas porque, al parecer, ahora sà es el último que Bungie hará para Microsoft. Qué vendrá después para el estudio ubicado en Bellevue, Washington, no lo sé, pero estoy seguro de que algo grande.
¿Qué vendrá para la franquicia de Halo?, tampoco lo sé, pero teniendo en cuenta que los derechos intelectuales los tiene Microsoft, y dada la tendencia a repetir lo que funciona hasta la nausea, no me extrañarÃa ver como este tÃtulo, que ha sido un hito en la historia de los videojuegos, se va degradando poco a poco. Aún asÃ, siempre recordaremos Reach.
Rodrigo (Dr. Niebla) Castañeda