Que deleznable el que Manuel Espino, quien hace unos años era flamante dirigente nacional del PAN ahora sea conocido como un borracho que le gusta manejar en estado inconveniente, poniendo en riesgo no solamente su vida sino la de los demás, fuera remitido al torito y saliera con amparo en mano.
La gente debe ver que las elecciones 2012 ponen a pintorescos personajes así en los medios ya que ayudan a reforzar o desechar ideas de personas así, ahora Manuel Espino no es más que un recuerdo y que no debemos prestarle mayor atención que la que tiene una persona que fue importante y ante el vacío de poder que tienen en sus vidas, mejor se dedican a beber para quizá, olvidar.