Tradición y devoción se mezclan año tras año en el vÃa crucis de Iztapalapa, en el poniente de la Ciudad de México, que más allá de una tradición de fe se ha convertido en toda una atracción para turistas nacionales y extranjeros.
Amor a Dios
Desde hace 164 años más de 450 actores nativos del lugar dan la bienvenida a los casi dos millones de personas que se dan cita en el Cerro de la Estrella para presenciar la Pasión y Muerte de Jesús.
Para los lugareños se convierte en un anhelo participar en las celebraciones de Semana Santa, pero no todos son seleccionados. El papel más buscado es el de Jesús, que cada año es elegido por el Comité Organizador de Iztapalapa
En esta ocasión José Manuel Guillén, a sus 22 años de edad, logró convertir uno de sus sueños en realidad: personificar a Jesús.
Ser joven, católico, sin vicios y haber nacido en Iztapalapa fueron las virtudes que le ayudaron a Guillén a ser el elegido (entre 15 candidatos) para representar al hijo de Dios
“Ser nativo del barrio de San Ignacio (Iztapalapa) y ser católico son las cosas más grandes que me motivan a participar”, comentó a Univision Online.
Recordó que desde pequeño sus padres lo llevaban a presenciar en cada Semana Santa la Pasión y Muerte de Jesús.
Influencia de sus padres
Incluso comentó que su papá actuó en varias ocasiones en el vÃa crucis, pero nunca representó a Jesús, sin embargo, él desde pequeño soñaba con llegar a personificar a Cristo.
“Mi papá participó algunos años. Desempeñó varios papeles, como hebreo, judÃo, en sà de los personajes que entregan, lastiman y ofenden a Jesús”
La tradición en Iztapalapa nació en 1843, después de que los habitantes de la zona se vieron fuertemente afectados durante años por una epidemia de peste. Los católicos recurrieron al “Señor de la Cuevita”, el santo de la comunidad, para pedir que erradicara la enfermedad.
La desaparición del mal de forma intempestiva fue atribuida por los nativos a un ‘milagro’ del “Señor de la Cuevita” y empezaron con la representación, como una muestra de gratitud.
Selección de los personajes
La tradición ha pasado de generación en generación entre los habitantes de Iztapalapa, pero aunque todos tengan la disposición en participar, los papeles principales (Jesús y la Virgen MarÃa) son exclusivos de jóvenes solteros, que no tengan hijos, sin ninguna adicción, ni tatuajes y sobre todo que con una arraigada fe católica.
Cada año se selecciona a un joven para personificar a Jesús y una muchacha para el papel de la Virgen MarÃa; los demás actores pueden repetir algunas ocasiones el personaje.
Para representar a la Virgen MarÃa fue seleccionada la joven de 19 años de edad Paola Anneliz Guzmán.
Escenario natural
José Manuel Guillén, en el papel de Jesús, se entrena desde enero para el Vacrucis, ya que se requiere excelente condición fÃsica para cargar una cruz de madera de aproximadamente 198 libras.
La Pasión y Muerte de Jesús tiene como escenario el Cerro de la Estrella, emulando el Monte Calvario, lo cual representa un reto para los participantes.
Con la cruz a cuestas, el joven tiene que recorrer casi 2.5 millas; su vÃa crucis inicia en el centro de Iztapalapa para culminar en el Cerro de la Estrella, para ser crucificado.
Preparación espiritual
Para afrontar ese recorrido Guillén dedica cuatro horas de ejercicio al dÃa, aparte de una preparación espiritual.
“La preparación es fÃsica, yo practico en el Cerro de la Estrella. Son diferentes ejercicios, correr, caminar, cargar, un tronco, jalar una cruz, es parte de mi rutina”.
En la parte espiritual asisto a misa, entro en comunión con Dios y cuando tengo la oportunidad de hablar con un sacerdote lo hago. Le pido la guÃa, la ayuda para dar todo de mà en esta fecha tan importante”, manifestó Guillén
Previo a la Semana Mayor, el joven de 37 libras de peso y 5.7 pies de estatura, practica en Cerro de la Estrella, donde lleva a cuestas un tronco que pesa aproximadamente 110 libras, lo cual le ayuda a irse entrenando para le Viernes Santo, donde debe cargar la cruz de 198 libras.
Movimiento de brazos y piernas forman parte de su calentamiento. Se persigna y luego se inclina para recoger el pesado tronco que cargará en su recorrido de poco más de un kilómetro.
Pero no sólo es caminar con el tronco a cuestas, lo complicado es que lo hace en el cerro: tiene que sortear obstáculos, piedras y tierra suelta que suele haber en el lugar.
“No tengo horas de descanso, ahora que se acerca más la fecha es más el ejercicio. El descanso para mi es estar relajado, haciendo algo pero más tranquilo”.
El recorrido
Su preparación es indispensable para soportar el recorrido que inicia el Domingo de Ramos, donde camina entre 8 y 10 kilómetros, mientras que el Jueves Santo su andar comprende entre 5 y 6 millas.
Su prueba de fuego es el Viernes Santo, donde su recorrido es menor, camina alrededor de 2.5 millas, pero va descalzo y cargando la pesada cruz de madera.
“Estoy preparado. Me entrego mucho a Dios, todo lo que hago, lo hago por amor, la fe y el fervor que yo le tengo a Dios.
Apoyo y agradecimiento
Guillén dijo estar consiente de que su esfuerzo será grande y agradece a la gente que esta atenta de su actuación el Viernes Santo, por lo que dijo sentirse satisfecho y motivado.
“Una simple mirada de apoyo te levanta, te da más ánimo”, comentó.
“Hacer esta representación es un acto de agradecimiento a Dios, al Señor de la Cuevita, al que nosotros veneramos en Iztapalapa. El papel de Jesús es toda humildad, amor, devoción”, expresó.
El llamado “Cristo de Iztapalapa” quiere dejar huella este año y quiere que la gente recuerde su actuación como algo especial, muy espiritual.
“Ã?l vino a enseñarnos y ayudarnos a reflexionar sobre nuestras vidas, Sobre lo que vivimos y yo quisiera que la gente viera en este personaje lo mismo, no que vean un Cristo más, un Jesús más, busco que en verdad vean a Jesús”.
Dejar huella
La participación de Guillén y de los demás actores concluye con el Domingo de Resurrección.
Al siguiente dÃa, los miembros del Comité Organizador de Semana Santa se reúnen para empezar con los preparativos del siguiente año.
El vÃa crucis de Iztapalapa es el más concurrido de Ciudad de México, se espera una afluencia aproximada de dos millones de personas, por lo cual las autoridades locales pusieron en marcha un operativo de seguridad en el cual participan más de 2 mil policÃas