El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, aseguró este viernes a diferentes agencias de noticias internacionales, que el acuerdo alcanzado con el gobierno de facto de Roberto Micheletti “ya no tiene ningún valor”, luego de considerar fracasada la negociación por “el incumplimiento de ellos”. “En este momento nosotros no queremos establecer ningún tipo de estrategia ni ningún tipo de aproximación con respecto a este acuerdo porque consideramos que ya no tiene valor por el incumplimiento de ellos”, declaró Zelaya desde la embajada de Brasil, donde se refugia desde el pasado 21 de septiembre.
“Hemos trasladado el caso directamente de donde vino, la OEA (Organización de Estados Americanos) con el fin de que ellos tomen las decisiones que estimen convenientes”, dijo el presidente depuesto.
Zelaya dio por fracasado en la noche del jueves el diálogo al cumplirse el plazo dado por el acuerdo Tegucigalpa/San José Diálogo de Guaymuras sin haber sido restituido por el Congreso para poder presidir un gobierno de “unidad nacional” que debían formar las dos partes.
Micheletti anunció la constitución de un gobierno de “unión y reconciliación nacional” sin miembros designados por Zelaya, y que el mismo gobernante de facto seguirá presidiendo. Según Zelaya, el gobierno que lo sustituyó tras el golpe de Estado del 28 de junio, “no entiende la palabra diálogo, ni la palabra arreglo pacífico” para solucionar la crisis política que ha fracturado al país en dos a lo largo de estos cuatro meses.
“Ha quedado totalmente demostrado que no tiene ninguna razón ni ningún efecto (seguir negociando) porque los acuerdos han sido constantemente violados. Parece que llegan a la mesa de diálogo obligados por alguien sin voluntad política”, dijo. Al ser preguntado si va a continuar refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, del mandatario depuesto dijo: “Tengo que tomar algunas decisiones, aunque soy el presidente hasta el 27 de enero”, fecha en que vence su mandato.
“Pero todavía no he tomado ninguna decisión”, sostuvo, aunque anunció que seguirá la presión, no sólo interna sino internacional contra las autoridades de facto hondureñas. “Nadie va a aceptar el golpe nunca”, subrayó. Consultado sobre su evaluación respecto al papel jugado por Estados Unidos en la crisis, Zelaya afirmó: “cada vez que ha habido dudas, ellos (las autoridades estadounidenses) las han aclarado convenientemente. Han mantenido una posición congruente con la condena al golpe, no reconocer a las autoridades y solicitar mi restitución”, dijo.
Sin embargo, Estados Unidos no ha aclarado si reconocerá el proceso electoral que se llevará a cabo el 29 de noviembre. Zelaya opinó que este golpe pone de manifiesto que “faltan mecanismos” para revertir los “atentados contra la democracia en América”.