Un contingente internacional de científicos se aprestaba el sábado a iniciar la exploración de las entrañas de la materia después de reactivar exitosamente un acelerador de partículas de 10.000 millones de dólares tras más de un año de reparaciones. Los físicos nucleares que trabajan en la colosal máquina se sorprendieron de poder haber hecho circular tan rápidamente los haces de protones a una velocidad cercana a la de la luz, dijo James Gillies, vocero de la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN).
El acelerador se había averiado en septiembre del 2008 debido a una falla eléctrica. Algunos científicos ya se habían retirado el viernes al concluir su jornada y fueron convocados rápidamente cuando se pudo reactivarlo, agregó Gillies. En una reunión en las primeras horas del sábado, “básicamente rompieron las primeras páginas de su presentación en la que habían delineado los procedimientos que se proponían seguir”, dijo. “Todo quedó concluido a medianoche. Están acelerando los pasos”.
La CERN ha seguido un minucioso plan de pasos paulatinos para reactivar la máquina a fin de evitar toda posible complicación, y muy pronto -probablemente en enero- iniciará su exploración de la composición de la materia a nivel infinitesimal y del universo. CERN se había propuesto lanzar los haces de protones a las 7 de la mañana del sábado (0600 GMT) en el túnel circular de 27 kilómetros (17 millas) bajo la frontera suizo-francesa, pero la reactivación se concretó con tal rapidez el viernes por la noche que se adelantó la tarea varias horas.
Los elogios de todo el mundo no se hicieron esperar. “¡El primer haz a través del Atlas!”, proclamó un entusiasta mensaje de Adam Yurkewicz, un científico estadounidense que trabaja en el detector Atlas del acelerador. “Felicito a los científicos e ingenieros que han trabajado para reactivar el LHC (las siglas del nombre técnico del acelerador)”, dijo Dennis Kovar, del Departamento de Energía de Estados Unidos, que participa en el proyecto.
Kovar dijo que el acelerador “es una máquina sin precedente en tamaño, en complejidad y en alcance por la colaboración internacional que ha conseguido en los últimos quince años”. El paso siguiente, posiblemente en las próximas horas, consistía en decidir si hacer chocar partículas dentro del túnel para recopilar datos en los detectores o si acelerar los protones al mayor nivel de energía en la historia de la ciencia, dijo Gillies.
Mientras tanto, CERN usa unos 2.000 imanes superconductores -algunos de ellos de 15 metros (50 pies) de largo- para mejorar el control de los haces de miles de millones de protones para que permanezcan compactos y lejos del instrumental sensible. Los superconductores son sustancias que permiten la circulación de una corriente eléctrica o magnética prácticamente sin resistencia.