La Academia de Cinematografía de España reconoció hoy la trayectoria de los actores Aitana Sánchez-Gijón y Juan Diego, a los que se entregó la Medalla de Oro de la institución en su 30 aniversario.
El presidente de la Academia, Antonio Resines, entregó los reconocimientos a ambos actores considerados de los más importantes en la última década en España, que han trabajado tanto con realizadores españoles como extranjeros.
En un encuentro con la prensa, la actriz expuso que se trata de un premio no esperado, toda vez que lleva 10 años sin hacer un protagonista en cine y está concentrada en el teatro y series de televisión, por lo que “es abrazar y hacer sentirse parte de la familia del cine español”.
Lamentó que esta ausencia se debe principalmente a que en España no hay muchos papeles para mujeres maduras de su edad, ya que es entre los 18 y 35 años cuando las actrices son “el objeto del deseo” de las películas y después se pasa a madre de las protagonistas.
La protagonista de “Celos” y “Sin dejar huella”, entre otras, consideró que esa forma de relegarse a muchas actrices, también por la falta de historias para mujeres maduras, “es algo que no refleja la forma de ser de esta sociedad”.
La actriz tuvo palabras de recuerdos para los directores de escena con los que ha trabajado, pero principalmente Bigas Lunas con el que hizo “La camarera del Titanic” y “Volavérunt”, así como Gonzalo Suárez con el que filmó “Remando al viento” y “Oviedo Express”.
Juan Diego por su parte, recalcó que esos problemas presenta en España y que por ello cada papel que recae lo trabaja “de forma que cada plano es parte de mi vida”, incluso en cintas de bajo presupuesto en las que se tiene que hace todo “por amor al cine”.
El protagonista de “Cabeza de vaca” o “La virgen de la lujuria” expresó su satisfacción de trabajar en el cine español con jóvenes, ayudar a que despeguen, como lo hizo con Sánchez-Gijón, y otros más.
Refirió que fue la película “Los santos inocentes”, de Mario Camus, en 1984, una de las que impulsó más su carrera y que le marcó no solo en la realización sino en todo el contexto en que se hizo.