A siete meses de haber sido puesta en marcha la Ruta de la Salud, personas con alguna discapacidad destacan las bondades de un transporte adaptado, digno y gratuito.
Minutos antes del alba, la señora Gabriela Contreras llegó con su hijo, José, a la Glorieta de la Paloma de la Paz, donde inicia el recorrido la Ruta de la Salud: “Vengo de Lomas de la Selva y voy hasta el Hospital del Niño”. José debe acudir a revisión médica, ya que especialistas le realizan estudios ante la sospecha de autismo.
Ella y su hijo son sólo algunas de las cientos de personas que deben acudir al Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE), al Hospital del Niño y el Adolescente Morelense (HNAM), a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en transporte público y que se han visto beneficiadas con la Ruta de la Salud.
Desde hace tres años, Jova Vargas Quiñones se hace responsable de tres nietos: un niño y dos niñas; a una de ellas le tocó consulta en el HNAM, y como de costumbre abordaron el autobús de la Ruta de la Salud, “porque nos ahorramos mucho dinero y tiempo”.
Más adelante, sobre la avenida Domingo Diez, Silvia Palumbo Álvarez hizo la parada y subió al autobús lentamente; padece doble esclerosis, se lastimó la columna y ahora toma terapia en el CREE Morelos: “Los choferes son muy amables, y nosotros que tenemos este privilegio tenemos que aprovecharlo y cuidarlo”.
El recorrido inicia en la Paloma de la Paz, sigue por Plaza Bugambilias, Walmart, hospital “Dr. José G. Parres”, DIF Morelos, circuito Adolfo López Mateos y Zócalo de Cuernavaca.
Continúa por la subdelegación del ISSSTE, La Luna, IMSS-Plan de Ayala, Tabachines, El Polvorín, Centro Estatal de Desarrollo Integral de la Familia (CEDIF), en Temixco, HNAM, CREE Morelos y el hospital de especialidades del ISSSTE en Emiliano Zapata.
La Ruta de la Salud fue puesta en marcha por la presidenta del DIF Morelos, Elena Cepeda, el 26 de octubre de 2016 como un servicio gratuito para pacientes con discapacidad, que acuden a consultas médicas o terapias, y con un bajo costo para sus acompañantes.
Al llegar a la clínica del IMSS, sobre la avenida Plan de Ayala, el chofer detuvo la unidad, bajó e hizo descender la rampa especial, ahí subieron Lourdes y Blanca García Núñez, dos hermanas de la tercera edad que también se trasladan de manera regular a rehabilitación al CREE.
“Para nosotras ha sido una bendición tener este transporte, estamos muy contentas (…), era muy dificultoso subirnos a la colectiva donde nos cobraban y ahora no nos cobran ni un quinto”, mencionaron.