Se trata de un informe de cinco páginas, una evaluación básica de lo que se sabe, en el que no se encuentran grandes sorpresas.
Casi dos meses tras la misteriosa desaparición del aparato con 239 personas a bordo, el informe fue enviado por correo electrónico a los medios de difusión y antes fue comunicado a las autoridades internacionales de aviación un mes tras la desaparición, pero el gobierno malasio atrasó más de tres semanas su publicación pública.
El reporte se refiere al transponedor que apagó las comunicaciones automáticas por satélite y reconoce que la última posición del Boeing 777 nunca se supo, por lo que el informe recomienda encontrar una mejor manera de darles seguimiento.
Junto al informe enviaron las grabaciones de los intercambios verbales entre la cabina del avión y los controladores aéreos y documentos sobre la lista de embarque. El comunicado tampoco dice nada sobre los datos de satélite que han hecho que las autoridades estén muy seguras de que buscan en el área correcta.
Malasia sigue investigando lo ocurrido con el avión. Esta semana nombró a un antiguo jefe de la aviación civil para dirigir una investigación que incluirá a miembros de agencias de aviación extranjeros, incluida la estadunidense.
También reconoce que hubo un lapso de cuatro horas entre la notificación de que el avión se había extraviado y el comienzo de los esfuerzos de búsqueda.