Raúl Anguiano es recordado a 100 años de su nacimiento, que se cumple hoy, por colegas, amigos, académicos y especialistas como uno de los más grandes artistas plásticos de este país, capaz de retratar personajes y momentos significativos de su pueblo.
En el centenario del natalicio del arista, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) le rendirá homenaje con una exposición que abrirá el 25 de abril en el Museo Nacional de San Carlos, evoca al destacado muralista.
La artista Rina Lazo, para quien Raúl Anguiano era “un mexicano de corazón”, destacó que al artista plástico fue capaz de recrear los momentos que forjaron la historia de México:
“(Raúl Anguiano) Era un artista que apasionadamente pintaba lo que veía y sentía de México. Lo que conozco de su trabajo realmente está relacionado con el país, su obra fue para México y de México”, consideró.
Su colega el pintor Manuel Felguérez mencionó que Raúl Anguiano (1915-2006) fue un artista con su propia personalidad, fiel a sus principios y que siempre mantuvo una postura a través de medio siglo de producción.
Mientras que para la académica de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Mercedes Sierra, Anguiano conjuntó en su obra lo que fue el mundo rural indígena, las fiestas, las tradiciones y la religión de una sociedad como la de México.
“Su legado va en dos sentidos: el proceso que tuvo de composición bajo un pensamiento y disciplina muy rigurosa, y una influencia muy fuerte de pintores como Paul Cézanne.
“No debemos olvidar este conocimiento de la composición de estos artistas con los cuales tenía coincidencias el maestro, lo que lo hizo tener un estilo claro y sencillo. Él fue un artista totalmente académico”, expuso.
Por su parte, la historiadora de arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Leticia López Orozco, recordó en entrevista con Conaculta que en 1982, el destacado artista Raúl Anguiano fue nombrado miembro de número de la Academia de Artes.
Asimismo, mencionó que la obra de Anguiano destacó por los rasgos que incluyó el artista, mismos que son resultado de su interés por acercarse a las comunidades en los viajes, pues era un hombre que tenía contacto con la gente.
“Uno ve su obra de trazos amplios, se identifica por el color, el dibujo, sobre todo por esta influencia que ejerce con artistas que lo precedieron pero también logró hacer su estilo muy singular”, destacó sobre el trabajo creativo del artista.
Para la investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), Guillermina Guadarrama, se debe recordar a Raúl Anguiano, además de cómo pintor, muralista y grabador, como ilustrador de notables escritores y poetas, tales como León Felipe y Alfredo Cardona Peña.
“Tras la expedición a la selva generó una serie iconográfica en sus cuadros de caballete, como ´La espina´ obra por la que se le reconoce. Retomó el interés por los pueblos del sur, los mayas.
“También se le debe recordar como parte de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), y por ser uno de los fundadores del Taller de Gráfica Popular”, explicó la especialista.
Agregó que el Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadoresm del Fondo Nacional de Creadores (Fonca), fue fundador de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, colaborador de programas realizados en los 20,30 y 40 dedicados a la formación de escuelas de arte de México fungiendo como maestro de dibujo e inspector de artes plásticas en esas escuelas. “Raúl Anguiano fue un personaje muy completo”.
El artista plástico Arturo García Bustos rememoró que tuvo la fortuna de contar con la amistad de Anguiano y de compartir momentos “gloriosos” en los grupos de trabajo en el Taller de Gráfica Popular.
“Hace medio siglo que estábamos juntos ahí. En los años 44 o 45, en días de la Segunda Guerra Mundial hicimos carteles contra el fascismo, volantes que llegaron con sus mensajes a manos del pueblo mexicano.
“Posteriormente también participamos en el Frente Nacional de Artes Plásticas y compartimos en la Academia Mexicana de Artes”, evocó.
Aseguró que el artista, condecorado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el 2000, fue un hombre trabajador y entusiasta de la pintura de la Escuela Mexicana.
“En sus obras mostraba las preocupaciones de México, siempre representó la presencia de nuestra tierra, el que se sintiera el gusto por las tradiciones, todo es parte de la conciencia y la obra del maestro”, concluyó Arturo García Bustos.