Me encontraba reflexionando con un amigo en Barcelona sobre lo que en la cumbre del G-20, primordialmente se trato� debemos, por justicia histórica, que recordar que parte del origen de la crisis es el pesimismo y desconfianza generalizada de los inversionistas que nace en la manera tan absurdamente mal manejada que se llevo a cabo la existencia de hipotecarias en el mundo.
Entonces, la recuperación económica debe venir directamente de los paÃses que han provocado esta crisis, entre las medidas más importantes aprobadas por el G-20 está el fortalecimiento del Fondo Monetario Internacional que comanda Dominique Strauss-Khan, y esto esta pensado para apoyar a los paÃses en problemas, pero además, un nuevo organismo financiero supervisor, una nueva regulación de los fondos de cobertura y de las agencias valuadoras, un estricto control sobre los sueldos y bonos de los intermediarios financieros, rechazo a medidas proteccionistas y nuevas reglas para el manejo de los activos tóxicos de los bancos.
Excelente dirÃan algunos, pero sin embargo, en el tema crucial, que es la recuperación de la economÃa global, no hay que cantar victoria, porque el acuerdo del G-20 tendrá efectos limitados porque fundamentalmente se basa en el fortalecimiento del FMI, pero los recursos fluirán a los gobiernos en la medida en que como en el caso de México sean pre-aprobados para recibir créditos flexibles, lo que implica que habrá paÃses que no califiquen o que no puedan acceder a los recursos con la rapidez que hoy se necesitan.
Tampoco hubo ningún avance en la petición de China para sustituir al dólar como divisa hegemónica y uno de los problemas centrales de la crisis que es el deterioro del sistema financiero seguirá aún sin resolverse, porque faltarán aún que se adopten las medidas en materia de regulación que fueron ayer anunciadas.
¿Pero saben cual es la mayor virtud de la cumbre del G-20?, que las naciones puedan llegar a acuerdos y con ello, manden un mensaje de confianza a los mercados.