Los universitarios mexicanos regresaron hoy con ganas a clase después de dos semanas de suspensión a causa de la gripe A, aunque no se descuidaron y siguieron atentos a las medidas de precaución dictadas por las autoridades.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la más grande de Iberoamérica con casi 300.000 estudiantes y más de 35.000 profesores e investigadores, volvió a llenarse de alumnos que con calma y casi como cualquier otro día, si no fuese porque muchos de ellos usaban mascarilla, ocuparon las aulas.
Hugo Pariente, estudiante de Filosofía y Letras, indicó a Efe que sus profesores les han recomendado usar mascarilla y no tener contacto frente a frente con personas infectadas con este virus, que ya se ha cobrado la vida de 44 personas en México y que ha infectado a otras 1.204.
Por los jardines de la universidad los alumnos lucían tranquilos, sentados a la sombra con sus compañeros, las parejas se daban arrumacos y los que llegaban tarde corrían para no perderse el inicio de clases.
Pilar, Marta, Moisés y Ricardo, que estudian en la facultad de Derecho, coincidieron en señalar que, aunque no retornan con miedo a clase, sí lo hacen “con precaución”.
Por ello, Marta lleva mascarilla, se limpia las manos con gel al entrar y salir de clase y sobre todo, después de hablar con otra persona.
Pilar recordó que a las siete de la mañana, en la primera clase del día, el profesor les hizo leer en voz alta el folleto informativo que se les ha facilitado a todos los alumnos, junto con un jabón de manos, un cuestionario de auto diagnóstico y un gel desinfectante elaborado por la propia universidad en su facultad de Química.
En este folleto, entre otras recomendaciones, se recuerda que no deben saludarse “de mano ni de beso” con otras personas, que no escupan, que no compartan útiles y que al estornudar se cubran con un pañuelo o lo hagan con el ángulo interno del codo.
También se sugiere que si se sospecha de que algún compañero, profesor o trabajador de la universidad presenta síntomas, se le recomiende acudir al médico y no ir a clase.
Moisés se mostró feliz de volver a clase, porque lo consideraba “urgente”.
“Ya nos hacía falta venir, no creo que sea tan grave como para suspender las clases más tiempo”, indicó Fernanda López, estudiante de Diseño Gráfico.
Su novio, Luis Martínez, alumno de Filosofía, aseguró que el ambiente en la UNAM era “demasiado tranquilo” para lo que están acostumbrados.
Sin embargo, esta aparente calma desaparecía en el interior de las facultades, donde a la entrada los alumnos hacían fila para recibir su dosis de gel desinfectante e información.
Las aulas se encontraban tan llenas como de costumbre, y muchos ignoraban la mascarilla llevándola en el cuello, aunque no dudaron en proteger estatuas como la del poeta Dante Alighieri, ubicada en la facultad de Filosofía y Letras.
El director de la Facultad de Derecho de la UNAM, Ruperto Patiño, indicó a Efe que antes del regreso a clases todas las instalaciones universitarias pasaron un programa de limpieza profunda, desinfección y fumigación, que se repetirá cada fin de semana.
“Aunque la emergencia está contenida, no debemos bajar la guardia”, indicó.
Patiño agregó que las dos semanas de clase no se han perdido, sino que se modificará el calendario escolar para recuperarlas.
Un total de ocho millones de alumnos de preparatoria y estudios superiores regresaron hoy a clases después de que éstas fueran suspendidas por la alerta sanitaria el pasado 23 de abril.
El próximo lunes se reincorporarán a clases otros 25 millones de alumnos de primaria y secundaria