Cancilleres de nueve países de América Latina definieron el sábado en Cuba acuerdos que firmarán los presidentes para reforzar la alianza de izquierda que lidera Venezuela (ALBA), en una cumbre que estará pendiente de la suerte del derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya.
La cumbre festejará el domingo y lunes el quinto aniversario de la creación de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) por el presidente venezolano Hugo Chávez y el líder cubano Fidel Castro, invitado a asistir aunque no aparece en público desde que enfermó en 2006 y cedió el mando a su hermano Raúl.
A la cita acudirán, además de Chávez y Raúl Castro, los gobernantes Evo Morales, de Bolivia, Daniel Ortega, de Nicaragua; el canciller Fander Falconí por Ecuador; la canciller de Zelaya, Patricia Rodas, por Honduras, y líderes de Dominica, Antigua y Barbuda, y San Vicente y las Granadinas.
“Estamos obligados a batallar muy duro para fortelecer nuestras revoluciones y terminar de liberar todo este continente de las garras del imperialimso yanqui”, dijo Chávez, al refrendar el sábado 285 acuerdos por 3.200 millones de dólares con el gobierno de Raúl Castro.
En un discurso en el Palacio de Convenciones, el presidente cubano dijo que la unidad entre La Habana y Caracas es “el ejemplo principal de nuestro sueño de integración latinoamericana y caribeña”.
La cumbre será una tribuna contra Washington, al que el ALBA critica por su papel en la crisis tras el golpe de Estado que derrocó a Zelaya el 28 de junio y por firmar un acuerdo con Bogotá para usar siete bases militares en Colombia.
El cónclave ocurre en medio de la incertidumbre que rodea Zelaya, quien “hasta ahora”, según su asesor, no tiene planes para viajar a Santo Domingo como le ofreció el presidente dominicano Leonel Fernández, luego de que el miércoles el gobierno de facto le impidió dejar su refugio en la embajada de Brasil en Honduras para viajar a México.
“El presidente ha tomado diferentes iniciativas para poder seguir buscando las formas de solución”, dijo la canciller de Zelaya, al cual los golpistas no perdonaron su giro a la izquierda y haber sumado a Honduras al ALBA.
Los cancilleres alistaron la declaración que incluye el total respaldo a Zelaya, el rechazo a la utilización por parte de Estados Unidos de bases en Colombia, y, según el vicecanciller cubano Rogelio Sierra, un sola voz en la Cumbre en Copenhague sobre el cambio climático, tema sobre el cual también fustigan a Estados Unidos.
“Para nosotros es determinante una vida armónica entre hombre y naturaleza”, dijo el canciller boliviano David Choquehuanca, al comentar la recuperación de los recursos naturales que emprendió Morales.
Un elemento que agita más el ambiente es la declaración de la secretaria de Estado de Washington, Hillary Clinton, quien el viernes, aludiendo a Bolivia, Nicaragua y Venezuela, advirtió a los países latinoamericanos de las consecuencias de “coquetear” con Irán.
Hay “líderes que son elegidos libre y legítimamente pero que luego de ser electos comienzan a socavar el orden constitucional y democrático, el sector privado”, añadió Clinton.
“Estados Unidos no tiene ninguna autoridad para hablar de terrorismo cuando son ellos los que practican terrorismo enviando tropas a otros países o asentando bases militares”, respondió Morales.
Más allá la agenda política, la cumbre acordará proyectos en energía, educación, salud, tecnología, ciencia y otras áreas, empresas regionales, y la adopción del Sucre, moneda que creó el ALBA para sustituir al dólar en el comercio entre sus miembros y con la que se hará la primera operación en enero entre Venezuela y Cuba.
Será primero virtual y luego “real como el euro para incrementar nuestro comercio y liberarnos de la dictadura del dólar”, dijo Chávez.
Bajo el sustento del petróleo venezolano y autoproclamada “antiimperialista”, el ALBA fue creada el 14 de diciembre de 2004 para contrarrestar los tratados de libre comercio impulsados entonces por Washington.