Autoridades municipales de Tepoztlán aseguraron que el operativo para salvaguardar a los 158 canes se realizó a solicitud de habitantes del Barrio de Santo Domingo, quienes argumentan que se trata de un foco de infección que atenta contra su salud.
Las autoridades cuentan con las solicitudes que por escrito ha realizado un grupo de hasta 170 personas, desde el año 2002 y hasta en 15 ocasiones, pidiendo el retiro de los perros.
“Durante muchos años los vecinos se han estado quejando con diferentes administraciones de los riesgos que está sufriendo su salud por los olores, por los ruidos, porque las heces fecales van directamente a la calle”, comentó la titular del área jurídica del Ayuntamiento de Tepoztlán, Blanca Esthela Romero.
Indicó que en 2007 se firmó un convenio con la persona responsable de los animalitos, en el que se comprometió a sacarlos de ese lugar y no volver a acopiar más, lo cual visiblemente no fue cumplido.
“Las autoridades municipales estamos reaccionando ante un llamado ciudadano, una exigencia ciudadana”, reiteró Blanca Esthela Romero.
Isauro Morales Solís, médico veterinario y director de salud en el municipio, indicó que los canes están seguros y en un lugar adecuado, contrario al espacio donde permanecían hacinados, generando un foco de infección para la población.
Rosario Labastida Conde, encargada de despacho en el área de Bienestar Social del municipio de Tepoztlán, indicó que al momento de retirar a los perros de la vivienda en que permanecían, la dueña fue informada por escrito del lugar hacia donde los llevarían.
Indicó que a partir de ayer, la señora tiene un promedio de 30 días para resolver que los canes ya no vuelvan al mismo lugar, donde los vecinos acusan que eso afecta a su salud.
La señora Verónica Martínez Rabadán y Armando Demeza, vecinos de Santo Domingo, coincidieron en que el descontento con la presencia de los perritos se debe a la suciedad que genera, los malos olores y sobre todo que las heces están al aire libre.
Claudia Rivera, vecina del lugar, aseguró que la afectación a la salud es tanto que en su hogar llegó el momento en que uno de sus nietos, de cinco años, tuvo que dejar su domicilio porque las enfermedades gastrointestinales eran frecuentes, debido al fétido olor que emanaba de la casa donde estaban los 158 perros.