El cáliz de oro que utilizó el papa Juan Pablo II en su visita a Bolivia en 1988, son de las piezas que se robaron de la catedral de Santa Cruz de la Sierra.
Dentro del botín que lo hampones se llevaron se encuentran 88 piezas de oro, plata y piedras preciosas del museo de la catedral de San Lorenzo.
Tito López, asesor jurídico del obispado de Santa Cruz, señaló que el robo es incalculable en términos monetarios.
En ese entonces, el Pontífice realizó su única una visita al país en mayo. Reocorrió La Paz, Oruro, Cochabamba, Sucre, Tarija, Santa Cruz y Beni