Casi todos los 47.000 habitantes que vivían en las faldas del volcán Mayon en el centro de las Filipinas fueron trasladados a albergues de emergencia, mientras los sismos y la lava estaban anunciando lo que según las autoridades será una de sus erupciones más fuertes.
Nubes bajas cubrían la visibilidad del volcán incandescente Mayon de 2.460 metros (8.070 pies) de altura y que domina valles de fincas productoras de cocos y de terrenos sembrados con arroz en la provincia costera de Albay.
“Una erupción peligrosa… puede ocurrir hoy o en los próximos días”, dijo el jefe del servicio estatal de vulcanología Renato Solidum, quien agregó que también la erupción podría no producirse, pues “nadie es infalible al 100%”.
Columnas de ceniza se elevaban durante un momento que se disiparon las nubes y Solidum indicó que su equipo había registrado 1.266 sismos volcánicos en las últimas 24 horas, un descenso desde las 2.000 que ocurrieron el día anterior.
Asimismo, indicó que aunque los sismos fueron menos, sí fueron más largos.
Las emisiones de dióxido de sulfuro -una señal de que el magma se está elevando en el interior del volcán- llegaron a las 6.530 toneladas por día, un poco menos a las 7.000 toneladas que arrojó el domingo, pero la cifra sigue siendo muy alta, dijo Solidum. La emisión normal de ese gas es de 500 toneladas diarias.
“Técnicamente el volcán Mayon ya hizo erupción porque está arrojando lava”, indicó Mahar Lagmay, un profesor de estudios geológicos de la Universidad de las Filipinas. Sin embargo, indicó que una explosión eurptiva aún era posible pero difícil del predecir, agregó.