Bernie Sanders, el aspirante presidencial del partido Demócrata que le pisa los talones a Hillary Clinton, es un veterano legislador independiente que clama por una revolución política en Estados Unidos.
El senador socialista de 74 años es el más longevo de la camada de políticos y forasteros que busca llegar a la Casa Blanca en noviembre, pero su mensaje conquista con pasión el apoyo de los jóvenes liberales.
Un poco gruñón pero dado al sarcasmo, el senador de Vermont lleva toda una vida en cargos públicos ocupándose de la desigualdad económica y denuncia a rabiar que la fortuna del 1% más rico de los estadounidenses se equipare con el 99% restante.
“Su avaricia debe terminar”, arremetió contra los millonarios, cuando lanzó su candidatura en mayo de 2015.
Sanders asegura que la desigualdad es el gran asunto moral, económico y político del presente, y reclama una reforma al “corrupto sistema de financiamiento electoral” que impida a los multimillonarios gastar ilimitadamente para impulsar a sus candidatos a la Casa Blanca.
Miles acuden a sus mitines, la ganadora del Oscar Susan Sarandon es su admiradora y la marca de helados Ben and Jerry (oriunda de Vermont), creó un sabor -menta cubierta de grueso chocolate- en su honor.
“Estamos tocando una fibra del pueblo estadounidense que comprende que las políticas del establishment simplemente no son suficientes. Necesitamos cambios audaces, necesitamos una revolución política”, dijo la semana pasada durante una asamblea en Iowa.
Su campaña propone acceso universal a la salud, duplicar el salario mínimo, controlar Wall Street, universidades gratuitas, impuestos para los ricos y sacar a 27 millones de estadounidenses de la pobreza.
Su modelo son los países nórdicos. “En países alrededor del mundo, en Escandinavia y Alemania, las ideas que menciono no son radicales”, explicó.
La pregunta, al igual que el millonario Donald Trump convertido en el puntero del bando republicano, es si Sanders puede transformar su popularidad entre personas que generalmente no asisten a las urnas de voto el lunes, cuando las primarias arranquen en el estado de Iowa.