Al menos 33 personas murieron y 55 resultaron heridas el miércoles en tres atentados suicidas en Baquba, 60 km al norte de Bagdad, a cuatro días de las elecciones legislativas del próximo domingo, cruciales para el futuro de Irak. “Los tres atentados dejaron 33 muertos y 55 heridos”, entre ellos varios policías, informó un funcionario de las fuerzas de seguridad de Baquba, capital de la provincia de Diyala.
Un vehículo conducido por un kamikaze estalló en un local de un organismo dependiente del ministerio de la Vivienda, cerca de una comisaría, y otro vehículo estalló poco después a unos cien metros, cerca de una plaza. Un tercer kamikaze hizo estallar su cinturón con explosivos en el hospital general de Baquba, en el centro de la ciudad, cuando el jefe de la policía de la provincia, el general Abdel Hussein Al Shommari, visitaba a las víctimas de los atentados precedentes.
El jefe de la policía salió ileso del atentado, perpetrado por un kamikaze que vestía uniforme militar y había llegado al hospital en una ambulancia, haciéndose pasar por un herido, dijo el comisario Ghaleb Al Juburi. Estos atentados, los más sangrientos desde el 5 de febrero pasado, tuvieron lugar cuatro días antes de las elecciones legislativas del domingo 7 de marzo, las segundas que celebra Irak después de la invasión estadounidense que derrocó al régimen de Saddam Hussein en 2003.
“Los terroristas quieren sembrar la confusión e impedir que los iraquíes vayan a votar”, declaró Ali Al Musawi, consejero del primer ministro Nuri al Maliki. “Las elecciones son muy peligrosas para los terroristas y por eso quieren torpedearlas”, agregó Al Musawi. Unos 19 millones de iraquíes elegirán entre 6.100 candidatos a los 325 diputados que integrarán el Parlamento en los próximos cuatro años.
El 5 de febrero pasado, en Kerbala, centro de Irak, día en que los fieles chiitas conmemoraban el 40 día de la muerte de Hussein, figura emblemática del chiismo, muerto hace 13 siglos, un atentado mató a 41 personas e hirió a 144. La red islamista Al Qaida y otro grupo extremista, Ansar Al Sunna, afirmaron que harían todo para impedir las elecciones legislativas.
La insurrección sunita sigue siendo muy activa en Diyala, una provincia en la que coexisten comunidades sunitas, chiitas y kurdas. “Hemos decidido impedir las elecciones por todos los medios posibles, principalmente por medios militares”, adivirtió el jefe de Al Qaida en Irak, Abu Omar al Baghdadi, en un mensaje difundido el 12 de febrero pasado.
Baghdadi calificó las elecciones de “crimen político urdido por los chiitas”. Las autoridades iraquíes habían advertido que los insurrectos y Al Qaida intentarían hacer descarrilar el proceso político. Aunque debilitada por la represión, Al Qaida puede aún asestar fuertes golpes, como lo demostró en los últimos meses con una serie de atentados contra instituciones iraquíes en Bagdad.