Un exjefe de la inteligencia argentina declaró ante la justicia que el fiscal Alberto Nisman habría sido asesinado por personas que respondían a la expresidenta Cristina Fernández, pero no aportó pruebas para demostrar esa hipótesis.
Santiago Blanco Bermúdez, abogado del ex espía Antonio Stiuso, dijo el miércoles a radio Vorterix que su cliente no tiene “pruebas directas” de que Nisman fue asesinado sino “una interpretación de los precedentes y motivos que pudieron llevar a que lo hayan matado y el por qué”.
“Que yo sepa, un testimonio que diga ‘a Nisman lo mataron’ de alguien que intervino en el episodio no lo tiene”, subrayó Blanco Bermúdez al explicar cómo transcurrió la declaración testimonial que el ex agente brindó ante la jueza Fabiana Palmaghini entre lunes y martes. El letrado no estuvo presente y dijo que podía dar información limitada al respecto.
Miembros del anterior gobierno defendieron a la exmandataria. Oscar Parrilli, ex titular de la Agencia Federal de Inteligencia, calificó de “psicópata mentiroso” a Stiuso en declaraciones a Radio del Plata y afirmó que su declaración judicial es “una operación política y mediática”.
Stiuso, ex director de contrainteligencia en los servicios secretos, fue un estrecho colaborador del fiscal a cargo de la investigación del atentado contra un centro judío en 1994 en Buenos Aires. Nisman fue hallado con un tiro en la cabeza en su apartamento de Buenos Aires el 18 de enero de 2015, cuatro días después de denunciar a Fernández (2007-2015), al entonces canciller Héctor Timerman y a allegados al gobierno por el supuesto encubrimiento de exfuncionarios y ex diplomáticos iraníes imputados por el atentado contra el centro judío. Un día después debía presentarse en el Congreso para fundamentar la denuncia.
Blanco Bermúdez dijo desconocer a qué grupo relacionado con la expresidenta se refirió Stiuso como supuesto autor del homicidio. La declaración testimonial tenía por objeto ampliar una anterior realizada por el ex agente en febrero de 2015.
Pero según el también letrado Federico Casal, representante de las hijas de Nisman y que estuvo presente en la declaración testimonial de Stiuso, el ex espía “responsabilizó a la presidenta, a (el entonces secretario legal de la presidencia Carlos) Zannini y a (el entonces jefe de gabinete) Aníbal Fernández en la muerte de Nisman”.
Después de escuchar la declaración del ex agente, Palmaghini se declaró incompetente para investigar la muerte de Nisman al considerar que la causa debe tramitarse en el fuero federal, con mayores competencias, y denunció a la fiscal Viviana Fein, antes a cargo de la pesquisa, por supuestamente haber omitido en el acta de una declaración previa de Stiuso qué éste habría señalado que el investigador fue víctima de un crimen.
Consultado sobre este punto, Blanco Bermúdez afirmó que carece de una copia de dicha declaración pero que recordaba que Stiuso dijo “que la muerte de Nisman estaba vinculada con su trabajo”.
Al ser consultado si el ex espía no detectó dicha omisión al leer su declaración, el letrado indicó que cuando los testimonios “son escritos… hay veces que algún párrafo no es expresamente consignado”.
Dijo además que la segunda declaración de su cliente transcurrió sin las “restricciones” que tuvo la primera, cuando era víctima de una campaña de Fernández, y obedeció “al cambio de gobierno” tras asumir como Mauricio Macri como presidente.
El único imputado en la causa es el asesor informático Diego Lagomarsino por haberle suministrado a Nisman el arma que terminó con su vida. Alegó que se la prestó porque el investigador le dijo que se sentía amenazado.
La exmandataria negó las acusaciones de Nisman y señaló que detrás de las mismas y de la muerte del fiscal estuvo Stiuso.
Fernández echó de los servicios secretos a Stiuso un mes antes de la muerte del fiscal, cuya denuncia contra la expresidenta fue desestimada por varias instancias judiciales.
Stiuso, que estuvo con paradero desconocido en el último año, fue denunciado por el gobierno por presunto contrabando de armas y otros delitos, pero ningún juez ha ordenado su indagatoria.
Al respecto, Parrilli se preguntó “qué privilegios tiene este hombre ante los jueces federales… por qué le tienen tanto miedo”.