Nuevos enfrentamientos estallaron este martes entre palestinos y policías israelíes en Jerusalén Este, en un clima de crecientes tensiones políticas y religiosas y de grave crisis diplomática entre Israel y Estados Unidos.
En Jerusalén Este, 15 palestinos fueron detenidos y dos policías heridos, declaró el portavoz de la policía, Micky Rosenfeld. También seis manifestantes resultaron heridos y hospitalizados, según el director de urgencias de la Media Luna Roja palestina, Amin Abu Ghazali.
La policía desplegó 3.000 hombres en Jerusalén Este para hacer frente a la llamada “Jornada de la Cólera”, convocada para protestar contra la inauguración de la sinagoga de Hurva, reconstruida en la Ciudad Vieja, por considerarla una provocación.
En la Franja de Gaza, miles de palestinos participaron en los actos de la “Jornada”, convocada por el movimiento islamista Hamas que controla ese territorio pero que está muy debilitado en Cisjordania.
Pero también el Fatah, el partido del presidente palestino Mahmud Abas, que controla Cisjordania, denuncia la construcción de la sinagoga.
Un dirigente del Fatah, Hatem Abdel Qader, ve en ella “el preludio a la violencia, al extremismo y al fanatismo religioso” por parte tanto de “los extremistas judíos como de miembros del gobierno israelí”.
La sinagoga de la Hurva (ruina, en hebreo) era uno de los lugares de culto judío antes de la creación del Estado de Israel en 1948. Fue reconstruida por completo, 62 años después de haber sido destruida por Jordania en la primera guerra árabo-israelí.
El Hamas sostiene que se trata de un preludio a la construcción del “tercer templo” del judaísmo, previa destrucción de la mezquita de Al Aqsa en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam, que los judíos llaman Monte del Templo y lo consideran como el lugar más sagrado de su religión.
La policía israelí mantuvo el martes la prohibición de acceso a la Explanada de las Mezquitas a los musulmanes de menos de 50 años, así como a todos los visitantes no musulmanes.
Los palestinos se manifiestan asimismo por “la defensa de Jerusalén” después de que Israel autorizara la construcción de 1.600 viviendas en un barrio de colonización judío, en el sector árabe.
En el campo de refugiados de Shufat, así como en Isawiyeh, barrios árabes de Jerusalén Este, varios manifestantes -algunos con el rostro cubierto- apedrearon a la policía y a los guardias fronterizos israelíes, que replicaron con granadas ensordecedoras y balas forradas de caucho.
También se produjeron enfrentamientos en Wadi Joz, en el sector oriental de Jerusalén anexado por Israel en 1967, y en el paso de Qalandiya, al norte de Jerusalén.
Estos enfrentamientos se producen en momentos en que el gobierno del presidente estadounidense Barack Obama intenta revitalizar un moribundo proceso de paz israelo-palestino, mediante negociaciones indirectas.
Pero estas negociaciones están amenazadas de fracaso total, tras la autorización de Israel de construir las 1.600 viviendas en Jerusalén Este.
Esa decisión, anunciada la semana pasada durante una visita del vicepresidente Joe Biden a Jerusalén, provocó la irritación de Washington y una de las más graves crisis diplomáticas entre Israel y su principal aliado.
La Autoridad Palestina anunció por su lado que no volvería a la mesa de negociaciones hasta que se detengan las colonizaciones en Jerusalén Este y en Cisjordania.
El enviado especial estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell, debía llegar este martes a Israel, pero su visita fue postergada hasta fin de mes, tras la reunión del Cuarteto para Medio Oriente (Estados Unidos, ONU, Unión Europea y Rusia) que se celebrará el viernes en Moscú