Hace mil 600 años, cerca de ocho mil caracoles y semillas dieron forma a un tapete que sirvió como ajuar funerario de un personaje de alto rango de la antigua ciudad maya de Calakmul, Campeche.
Fue encontrado en 1998, y se considera como la única pieza recuperada en ofrendas de esta civilización.
Esta singular pieza, cuyos diseños representan el modelo cosmológico de dicha cultura prehispánica, forma parte de la exposición Rostros de la divinidad. Los mosaicos mayas de piedra verde, que se presentará en el Museo Nacional de AntropologÃa a partir del 12 de agosto, y en la que se mostrarán las ofrendas funerarias de cinco gobernantes mayas.
La pequeña alfombra fue colocada entre los años 375 y 450 d.C., al lado izquierdo de un personaje importante de Calakmul, Campeche, que fue sepultado al interior de la Estructura III de esta zona arqueológica.
El tapete fue confeccionado con seis mil 630 semillas (de 3 mm de longitud) de la planta silvestre Lithospermum sp, y mil 648 caracoles cortados de cinco especies diferentes: Morum tuberculosum, Oliva reticularis, Oliva sayana, Marginella labiata y Marginella carnea.
De acuerdo con los estudios hechos en los laboratorios del INAH, donde se realizó la identificación de las especies, â??las semillas tienen una cubierta dura que protege la materia orgánica en su interior. Los mayas extrajeron con mucho cuidado ese material por medio de calor indirecto, esto se sabe porque las simientes tienen huellas de haber sido expuestas a fuego indirecto, tal vez en un comal. Después las bordaron sobre un lienzo de tela o de piel que con el tiempo se desintegróâ?.
La parte celeste está recreada con 13 caracoles Oliva, mientras que la terrenal fue enmarcada en un rectángulo que se ubica en el área central. Dentro de ese cuadrángulo, formado con las pequeñas semillas, se representó una milpa y a los lados de ésta parcelas de cultivo que están delimitadas con tres hileras de caracoles que aún conservan su coloración roja.
Para los mayas el rojo estaba asociado con el concepto de la sangre y la fertilidad, de tal manera que la colocación de este tipo de caracoles en la parte terrestre simboliza el sacrificio de sangre que se derramaba en los rituales para alimentar a la tierra.
En la parte central del tapete funerario se observa también la representación de dos grupos de caracoles Oliva, que fueron cortados y labrados con la finalidad de dar la apariencia de rostros y cráneos. â??En el arte maya los rasgos eran representados con un mismo patrón con el fin de mostrar gestos y expresiones de las deidades y entidades sobrenaturales.
Hay un patrón de cuatro rostros que indicarÃan la presencia de entidades sobrenaturales conocidas como Pauahtun o Bacabs, vinculadas con el culto al agua, y a modo de columnas que detienen el cosmos.
Después de casi dos años de trabajo de restauración e interpretación, el tapete funerario de Calakmul se mostrará al público en la Sala de las Culturas IndÃgenas del Museo Nacional de AntropologÃa, donde también se montará un fotomural que ayudará a apreciar mejor los detalles, además de cédulas informativas con la interpretación del significado de esta joya prehispánica.