Se prepara el asalto final a Mosul. Aún quedan varios meses para que el golpeado ejército iraquí esté preparado para el esperado asalto a Mosul, el principal bastión del grupo Estado Islámico en el país, según fuentes estadounidenses e iraquíes. Pese a las reiteradas promesas del primer ministro, Haider al-Abadi, la ciudad la operación podría demorarse incluso más allá de este año.
Mientras Estados Unidos y sus aliados trabajan frenéticos para entrenar a miles de tropas para la dura tarea de retomar la segunda ciudad más grande del país, los combatientes del grupo EI lanzan una campaña de distracción con sangrientos atentados suicidas en Bagdad y otros lugares.
El objetivo de los extremistas es obligar a las ya sobrecargadas fuerzas de seguridad iraquíes a dispersarse incluso más para proteger la capital y otras ciudades, en lugar de preparar la operación de Mosul.
La respuesta iraquí a la situación ha sido planificar un muro que rodee a la capital. Mientras tanto, la coalición liderada por Estados Unidos y los iraquíes luchan por proteger bolsas de territorio recapturadas de manos extremistas para liberar tropas para Mosul.
“Mosul será muy complicada, será una mezcla de fuerzas y será muy importante asegurar que está bien planificado”, comentó el sábado Brett McGurk, enviado del presidente, Barack Obama, a la coalición que dirige Estados Unidos contra el grupo Estado Islámico.
El coronel estadounidense Christopher Garver, portavoz de la coalición, lo planteó de forma más directa: “Las fuerzas que van a realizar el asalto a la ciudad no están instauradas aún”.
La ciudad norteña de Mosul, donde antes vivían más de un millón de personas, fue la captura más importante del grupo Estado Islámico cuando arrasó buena parte del norte y el oeste de Irak en el verano de 2014 y declaró un “califato” en esas tierras y las que tomó en Siria.
Aunque las fuerzas iraquíes recuperaron algo de terreno el año que viene, se cree que retomar Mosul es crucial para debilitar a los yihadistas en el país. Las estimaciones sobre el número de combatientes del grupo EI en Mosul varían entre unos pocos miles y “no más de 10.000”, según la coalición.
El ejército iraquí sigue teniendo problemas para reagruparse. Cuando Mosul cayó ante el grupo EI, más de un tercio del ejército se desintegró cuando miles de soldados se quitaron los uniformes y abandonaron las armas para huir. En los meses siguientes, decenas de soldados iraquíes más fueron identificados como “soldados fantasma”, tropas inexistentes pero con sueldos que se embolsaban los mandos militares.
Meses más tarde, en diciembre de 2014, la coalición dirigida por Estados Unidos inició un programa de instrucción pero por ahora sólo ha instruido a 18.500 soldados y agentes de seguridad en cursos que duran unas siete semanas. Los expertos ponen en duda que este curso rápido suponga una preparación adecuada. Cargos iraquíes y de la coalición estiman que la operación para retomar Mosul requerirá de ocho a 12 brigadas, lo que supone de 24.000 a 36.000 efectivos.
Enfrentado a la presión política de ofrecer una victoria, Al-Abadi ha reiterado su promesa de “liberar” Mosul este año. Pero el teniente general estadounidense Vincent Stewart, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, dijo el mes pasado al Congreso que no era “tan optimista”.
Stewart dijo que podrían iniciarse “operaciones aisladas” en torno a la ciudad, pero que “asegurar o tomar Mosul es una operación extensa y no algo que yo vea en el próximo año, más o menos”.