Para los tres representa un regreso a la libertad. Patricia, Rubén y Adriana han vuelto a su cotidianeidad, que les fue suspendida desde el pasado 24 de abril, dÃa en que se impusieron las primeras medidas de seguridad sanitaria para evitar el contagio de influenza.
Patricia va a la Facultad de FilosofÃa de la UNAM, Adriana a la empresa farmacéutica donde trabaja y Rubén a la escuela y la oficina donde presta sus servicios como chofer. Cada uno, de acuerdo con los especialistas, sufrirá un proceso de adaptación distinta en esta vuelta paulatina â??a la normalidadâ? en medio todavÃa de una alerta sanitaria.
En general, señala la psicóloga Magali López de la UNAM, bajará el nivel de estrés y ansiedad que la mayorÃa padeció en diversas medidas, â??a cualquier restricción pasada, hoy permitida, se volcará la gente, lo que propiciará que algunas personas saturen los restaurantes, y más aún con las reglas de salubridad que permanecenâ??.
Justo Adriana ya ha reservado espacios en tres restaurantes de la zona sur para tener un desayuno de trabajo, una comida con sus amigas y una cena con un ex novio. Dice que seguirá todas las medidas de salubridad indicadas.
â??La influenza estará sobre la mesa y en la boca de todos, pero no porque alguien presente esté contagiado, si no porque será el tema de conversación que se volcará en los encuentrosâ?, comenta López.
No obstante, señala la especialista, habrá personas en las que su memoria histórica y de supervivencia las hará sentirse incómodas en un restaurante cerrado, en salones con más de 10 personas, al estar cercanas a alguien que estornude, tener precauciones excesivas, o hasta llegar a sentir cierto estrés por un posible contagio.
â??Dependiendo de las medidas impuestas por la SecretarÃa de Salud, el regreso a la normalidad se podrÃa dar en aproximadamente tres o cuatro mesesâ?, dice Magali López, quien recuerda que en el temblor de 1985 â??considerado como una experiencia traumática al igual que esta emergenciaâ?? pasó aproximadamente un lapso similar para poder recuperar la normalidad.
Rubén reconoce que tiene miedo de infectarse y por ello ha decidido seguir al pie de la letra las recomendaciones. â??Si tuviera un traje como esos que salen todos de blanco parecidos a los de astronauta me lo pondrÃa, pero como no lo tengo me llevo doble cubre boca y un frasco de gel en alcohol con el que cada 15 minutos froto mis manosâ??.
Fernando Valadez, especialista de la Universidad Intercontinental, considera que, no obstante, habrá personas que regresen a su vida cotidiana con una sensación persecutoria. Otros más, señala, volverán sin temor a que ningún virus los ataque y estén en riesgo de morir, pues consideraron que fue demasiado exagerado el manejo dado por el gobierno federal a esta epidemia.
Asà es como Patricia sale sin miedo rumbo a la Facultad de FilosofÃa y Letras. En su agenda ya tiene la noche del sábado bloqueada. No hay antros pero sus amigos organizaron una fiesta por el regreso â??a la normalidadâ?.
â??Regresan con mayor desconfianza a las instituciones públicasâ?, señala Valadez, quien también asegura que permanecerá una tendencia al incumplimiento de las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades