En la actualidad, siete de cada diez vÃctimas de este delito en el mundo son jóvenes de entre 15 y 18 años, de ambos sexos.
Reveló que entre los consumidores de este tipo de servicios ha aumentado la tendencia de pedir personas más pequeñas, sin distinción de sexo, â??lo que hace de este delito la aberración más significativa contra la dignidad humanaâ?.
El legislador de Uruguay comentó que los narcotraficantes también comercializan personas, porque â??la organización criminal de éstos es muy proclive a la articulación de estrategias para el reclutamiento de estas vÃctimasâ?.
Aunque 70 por ciento de las personas vejadas no rebasan los 18 años, dijo que no existen distinciones fÃsicas para ser más vulnerable a ser explotado.
Pero las poblaciones pobres o con bajo nivel educativo son las que están en mayor riesgo, porque son engañadas, ofreciéndoles empleos como domésticas o niñeras en Europa, aunque existen muchos métodos para someterlas, como el secuestro o son llevadas bajo coacción o bajo efectos de la droga.
Luego de haber revisado estudios internacionales sobre la trata de personas, el legislador uruguayo consideró que, al igual que el narcotráfico, este delito â??aberranteâ? requiere cooperación internacional para erradicarlo.
â??De nada sirve que un paÃs blinde sus fronteras, cuando la vulnerabilidad es internacional. Es necesaria una polÃtica global, empezando por concientizar al mundo sobre el daño que representa este flageloâ?, acotó Espinosa.
Además, los paÃses deben ofrecer más y mejor capacitación a las autoridades migratorias, asà como a las policÃas fronterizas, sin dejar a un lado el incremento de espacios educativos para que la gente no caiga en los engaños