El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) calificó de exitosa la Gran Subasta de 2010, ya que obtuvo 80 millones 362 mil 504 pesos por la venta de 580 lotes, provenientes de decomisos en aduanas y a los grupos delictivos, así como de regalos a servidores públicos que por su valor violaban la ley.
Ernesto Martínez Franco, director de Mercadotecnia y Comercialización del SAE, explicó que el jueves pasado se recaudó 55 millones de pesos, la mayor parte de los recursos, ya que se ofertaron 188 lotes de joyería y mercancía diversa, como relojes, etcétera.
El director del SAE, Sergio Hidalgo Monroy, explicó que en la subasta de ayer se vendió un helicóptero ejecutivo Bell, clasificado en el lote 300, el cual tuvo un precio de salida de un millón 600 mil, se asignó en tres millones 200 mil. También se vendió otro helicóptero Turbo Bell. Además, se ofrecieron tres avionetas Cessna.
Algunos participantes, que subastaron por automóviles, dijeron que algunos alcanzaron precios altos similares a los que se encuentran en el mercado. Por lo que para ellos dicho precio ya no fue atractivo, pues pensaban encontrarlos más baratos para luego revenderlos y obtener una ganancia.
“Resultan un poco caros, ya que se salen de mercado, debido a que en algunos casos hay que pagar el traslado desde el punto donde se encuentran, además de que para todos los autos se debe pagar la tenencia”, abundaron.
En el rubro de joyas y relojería fina el mayor precio ofrecido resultó el correspondiente al conjunto de cristales austriacos Swarovski, que tuvo un precio de salida de 700 mil pesos y se vendió en 910 mil pesos.
El reloj Audemars Piguet, con un piso de 520 mil pesos, fue asignado en 880 mil pesos, en tanto que el anillo ofrecido en el lote 173, por el cual el precio mínimo era de 90 mil pesos, se asignó en 152 mil pesos.
En el segmento de vehículos de lujo, algunos de los más representativos resultaron la camioneta Range Rover modelo 2009, en color cereza, cuyo precio de salida fue fijado en 150 mil pesos y se vendió en 584 mil pesos; la camioneta Porsche Cayenne, modelo 2004, que de 100 mil pesos saltó a 300 mil, y el sedán Volvo 2008, que partió de 70 mil pesos en la puja y subió hasta 220 mil.
Algunos lotes llamaron particularmente la atención de los postores, por tratarse de bienes que en su origen fueron regalos destinados a servidores públicos federales y que en su momento fueron turnados a la Secretaría de la Función Pública (y ésta, a su vez, al SAE para su venta).
Fue el caso del lote 202, integrado por más de 500 botellas de vinos y licores de las más diversas marcas, que tuvo un precio base de 86 mil pesos, se vendió en 175 mil, y el 203, consistente en decenas de productos personales, cuyo precio de salida fue de 80 mil pesos, asignándose finalmente en 118 mil.
Para participar en la subasta cada persona compra una base de 500 pesos en las oficinas asignadas por el SAE, luego hacen un cheque de caja o certificado por el monto de la garantía mínima exigida para el lote o el bien que quieren subastar, con lo que pueden recibir una paleta para poder participar.
Los depósitos de los cheques dependen del artículo o los lotes que se quieran adquirir, hay desde mil pesos a 35 mil o de 100 mil; para los aviones de 500 mil en adelante.
Si los participantes no ganan una subasta se les regresa el cheque certificado. Sólo perderían 500 pesos que pagaron por las bases. Los participantes deben cumplir con ciertos requisitos, como tener un domicilio fiscal y contar con el Registro Federal de Contribuyentes