Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.
Pitágoras
De latin magister, -tri, es una persona que enseña una ciencia, arte u oficio o tiene un título para hacerlo. Creo que esa definición se queda corta y no abarca todo aquello que significa ser maestro.
Conozco mucha, muchísima gente que se dedica a la docencia, tristemente no todos son maestros en la extensión de la palabra, y mucho más en un país como el nuestro en donde la remuneración económica para aquellos que se dedican a la docencia es muy bajo, y si da para vivir, es de una manera muy precaria.
Vivimos en un país en donde los puestos de maestros se heredan por generaciones, por lo tanto, en gran cantidad de casos no se da por vocación, sino por necesidad, hecho que repercute en los alumnos, por el poco o nulo compromiso de los maestros, aunado a su falta de preparación.
Tengo el honor de dar clases en diversas universidades. He visto generación tras generación desde hace 15 años y tristemente puedo afirmar que los chicos llegan cada vez menos preparados, con grandes carencia y lagunas. No es difícil entenderlo con un sistema como la SEP que lo único que busca es no reprobar alumnos aunque su nivel sea cada vez peor.
Si al problema de la SEP sumamos el del SNTE, nos podemos dar cuenta fácilmente que el magisterio no es una tarea fácil de cumplir, que muchas veces por más vocación que tengan algunos, hacer algo en las aulas de México es casi imposible, pues el sistema está en contra de todos: alumnos, maestros, directivos y padres de familia.
Pero aun así, hoy quiero felicitar a todos aquellos que a pesar de todo, creen en la educación como la mejor manera, es mas corrijo, como la única manera de cambiar la situación del país.
Gracias a aquellos que han sido mis maestros, no sólo en el aula sino en la vida, que me han enseñado que a pesar de todas las adversidades estar en el aula nos llena de satisfacciones y nos recompensa de manera ilimitada.