San Luis Potosí, San Luis Potosí.- La reforma a la ley electoral es regresiva, tiende a generar un ambiente para el conflicto y esta encaminada a judicializar los procesos electorales intermedios del 5 de julio, que servirán además como un experimento político.
El ex presidente del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) Luis Carlos Ugalde Ramírez, aseguró lo anterior antes de impartir la conferencia “La reforma electoral y el futuro de la democracia en México” en el Tecnológico de Monterrey campus San Luis.
Criticó al ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador por basar su movimiento político en una mentira, al autollamarse “presidente legítimo” y argumentar un fraude en 2006 que jamás existió.
Entre los riesgos de las elecciones intermedias, dijo, se encuentran las campañas negras por internet, que los ciudadanos se alejen de la arena política, y que los partidos no reconozcan los resultados porque les reditúa políticamente argumentar fraudes.
Señaló que la elección de 2009 será arbitrada con una nueva ley electoral regresiva para la democracia mexicana, que restringe los derechos ciudadanos y que no contribuye a expandirla porque tiene elementos sobreregulatorios, sancionatorios y punitivos que tienden a generar un ambiente propicio para el conflicto.
El doctor Luis Carlos Ugalde que ocupó el cargo de consejero presidente del IFE del 31 de octubre de 2003 al 14 de diciembre de 2007, vino a presentar su libro “Así lo viví”, donde narra su experiencia en las elecciones de 2006, marcadas por la controversia sobre los resultados.
Aseguró que el modelo de acceso a los medios de comunicación está mal diseñado, es imposible de administrar, muy costoso y tiene implícito el problema del error, “el IFE tiene que convertirse en la central de medios y monitor más importante del mundo, no hay empresa que pueda hacer la labor que el IFE tiene que hacer este año, que es pautar 23 millones de impactos en medios en 2,000 estaciones de radio y televisión que hay en el país y monitorear que hayan sido realmente transmitidos”.
Sin embargo la calidad de la organización de la elección va a ser muy buena porque el IFE garantiza limpieza y transparencia, y son las mismas personas que lo han hecho en 2000, 2003 y 2006, y lo harán bien “a pesar de que López Obrador haya sembrado una mentira de que hubo un fraude que nunca existió”.
La ley siembra incentivos al desacato porque el que pierde se queja, y en 2006 se dio un premio a esa estrategia cuando tuvo réditos políticos y se hace una reforma electoral que se interpretó como una manera de dar una compensación a quien denunció un fraude que no ocurrió.
Ugalde Ramírez señaló que no solamente existe el riesgo de que se judicialicen los resultados de las elecciones, sino que también “se esta judicializando el contenido de las reglas electorales; en 2008 la Suprema Corte de Justicia registró el mayor número de recursos de acciones de inconstitucionalidad de su historia debido a las reformas electorales”.
“Eso quiere decir que hoy los partidos, los políticos y los ciudadanos están insatisfechos con las reglas, tal insatisfacción era menos hace tres años porque teníamos mejor ley, pero ahora se incrementó el desacuerdo con las reglas básicas de competencia, y además hay la tendencia estratégica a judicializar el resultado de las elecciones. Siempre hay cierto rédito yendo a quejarse de que la elección estuvo manoseada y fue inequitativa”.
El ex presidente del IFE expuso que “estamos en un problema como país porque no son capaces los partidos de llegar a acuerdos con las reglas de competencia y acatar los resultados, es un problema doble que tenemos actualmente”.
Además, la ley genera un laboratorio político “y con cinismo el senador Manlio Fabio Beltrones dice que si no funciona la cambiamos; me parece una cosa peligrosa”