El presidente de facto Roberto Micheletti acusó el miércoles a los partidarios del derrocado mandatario Manuel Zelaya de matar a tiros a la hija de la periodista televisiva hondureña Karol Cabrera.
“‘Sicarios de la Resistencia son los asesinos de la niña de 16 años, hija de una compañera de trabajo”, declaró Micheletti.
El Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado se formó luego que los militares derrocaron y expulsaron a Zelaya a Costa Rica el 28 de junio.
Pero los zelayistas rechazaron la acusación del mandatario de facto y en un comunicado afirmaron que “la Resistencia no tiene sicarios y le exige a Micheletti que pare de hacer acusaciones irresponsables e infundadas con las que fomenta la violencia y el odio”.
“Pedimos a Micheletti que, en beneficio de las paz de Honduras y en un acto de decencia, se excuse ante el pueblo por sus palabras calumniosas que sólo incitan a incrementar el asesinato de hondureños inocentes y valiosos”.
“Lo vuelvo a decir: sicarios de la Resistencia son los asesinos de la niña”, reiteró el político en un evento oficial en Tegucigalpa. No presentó ninguna evidencia para sustentar su afirmación.
Se refirió así a Katherine Nicolle Rodríguez, hija de la periodista Karol Cabrera, quien tiene programas de noticias y comentarios en el canal privado 54 y el estatal 8, así como en la estación privada Radio Cadena Voces de esta capital.
Dos hombres en una motocicleta dispararon la noche del martes contra el automóvil en el que viajaba Cabrera, quien resultó ilesa en el atentado, pero murió su hija con ocho meses de embarazo.
Micheletti instó a los medios opositores a su gobierno interino a “terminar con la campaña de odio, de rencor y de deseo de ver más sangre en nuestro país”.
Los identificó como Canal 36 de televisión y las radioemisoras Globo, Progreso y Uno, aliadas de Zelaya.
Cabrera es una férrea defensora del gobierno de Micheletti, a quien el Congreso designó en el cargo tras retirar a Zelaya.
Desde que ocurrió el golpe de Estado han sido asesinados de manera similar al menos dos coroneles del ejército, un general retirado que se desempeñaba como fiscal especial antinarcóticos, y un sobrino de Micheletti. Esas muertes aún no han sido aclaradas por las autoridades y nadie se ha responsabilizado por ellas.