Al menos 43 personas fueron asesinadas en Karachi, Pakistán, la mañana del miércoles cuando un bus que transportaba a un grupo de chiitas ismailíes fue atacado por seis hombres armados del Talibán.
Los asaltantes se montaron en el bus y luego dispararon a los pasajeros a corta distancia con pistolas de nueve milímetros antes de escapar en motocicletas. Otros 13 pasajeros resultaron heridos. Las víctimas eran todas adultas y miembros de la corriente del Islam del ismaelismo, una minoría muy pequeña en un país ampliamente sunita.
Un sobreviviente dijo que los atacantes entraron al bus a través de una puerta trasera minutos después de que partiera, y separaron a los niños del resto de los pasajeros antes de comenzar a disparar sistemáticamente a los adultos que iban a bordo.
“Estas son personas extremistas, terroristas”, dijo el jefe de la policía Haider Jamal sobre los atacantes. “Estas son las mismas personas que han cometido actos de terrorismo anteriormente”. Las autoridades consideran que se trata de un grupo alineado con Jundallah, un grupo con conexiones con el Talibán en Pakistán que se ha comprometido a respaldar al Estado Islámico.