El escritor español Juan Goytisolo señaló, al recibir el Premio Cervantes, que los tocados por este escritor “no nos resignamos a la injusticia”, tras destacar que “el panorama a nuestro alcance es sombrío: crisis económica, política y social”.
Goytisolo pronunció un discurso breve, pero contundente, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, al recibir de manos del rey Felipe VI el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras en español.
“Sí, al héroe de Cervantes y a los lectores tocados por la gracia de su novela nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo aquejado de paro (desempleo), corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes como en el que actualmente vivimos”, subrayó el galardonado.
“Si ello es locura, aceptémosla. El buen Sancho encontrará siempre un refrán para defenderla”, agregó.
Aseguró que las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo. “No se trata de poner la pluma al servicio de una causa, por justa que sea, sino de introducir el fermento contestatario de ésta en el ámbito de la escritura”, expresó.
Afirmó que encajar la trama novelesca en el molde de unas formas reiteradas hasta la saciedad condena la obra a la irrelevancia y una vez más, en la encrucijada, Cervantes nos muestra el camino.
Expuso que su conciencia del tiempo “devorador y consumidor de las cosas” del que habla en el magistral capítulo IX de la Primera Parte del libro le indujo a adelantarse a él y a servirse de los géneros literarios en boga como material de derribo para construir un portentoso relato de relatos que se despliega hasta el infinito.
Goytisolo también se refirió a la labor de desenterrar los huesos de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), autor de la obra “Don Quijote de la Mancha”, en el Convento de las Trinitarias de esta capital.
En su discurso, cuestionó que “en vez de empecinarse en desenterrar los pobres huesos de Cervantes y comercializarlos tal vez de cara al turismo como santas reliquias fabricadas probablemente en China, ¿no sería mejor sacar a la luz los episodios oscuros de su vida tras su rescate laborioso de Argel?”.
Se preguntó: “¿Cuántos lectores del Quijote conocen las estrecheces y miseria que padeció, su denegada solicitud de emigrar a América?”.
Asimismo, “¿sus negocios fracasados, estancia en la cárcel sevillana por deudas, difícil acomodo en el barrio malfamado del Rastro de Valladolid con su esposa, hija, hermana y sobrina en 1605, año de la Primera Parte de su novela, en los márgenes más promiscuos y bajos de la sociedad?”.
En su discurso, el premiado también se refirió al mexicano Carlos Fuentes, quien planteó la nacionalidad cervantina.
“Mi instintiva reserva a los nacionalismos de toda índole y sus identidades totémicas, incapaces de abarcar la riqueza y diversidad de su propio contenido, me ha llevado a abrazar, como un salvavidas, la reivindicada por Carlos Fuentes nacionalidad cervantina. Me reconozco plenamente en ella”, enfatizó.
El rey Felipe VI hizo énfasis en la “mirada crítica” de Goytisolo, cuya “deslumbrante obra ayudará a los españoles a replantearse visiones e ideas establecidas y les impulsará a reflexionar sobre el presente y el pasado, para así quizás afrontar mejor el futuro”.
Definió al galardonado como uno de los principales representantes de Cervantes en castellano de las últimas décadas y “una figura cumbre de la literatura en español”, que ha realizado aportaciones fundamentales a la historia cultural de España en cuestiones como la influencia mudéjar o la importancia de la limpieza de sangre en la Edad Moderna.