El Síndrome de Asperger (SA) fue denominado por primera vez como “psicopatía autística de la infancia”, por el neuropediatra Hans Asperger, quien propuso el término. Desde 2007 el 18 de febrero se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger.
Aunque pertenece al espectro de síntomas relacionadas con el autismo, las personas con el síndrome de Asperger no presentan retraso en el desarrollo cognitivo, ni en las habilidades para cuidarse, como tampoco con tendencia a aislarse o ignorar su entorno, como sí ocurre con pacientes afectadas por autismo.
Aun cuando en Morelos no hay cifras sobre el número de personas afectadas de síndrome de Asperger, en clínicas, centros de salud y hospitales de la Secretaría de Salud (SS) ya se hacen pruebas en bebés y niños para detectar sus síntomas y canalizarlos a la Clínica de Servicios Integrales para la Prevención y Atención de la Discapacidad por Defectos al Nacimiento (SINDIS) y Clínica de Alteraciones Cognitivas y Conductuales.
El seguimiento de pacientes se hace con el apoyo de instituciones, como la UAEM, que cuenta con un programa de integración escolar y laboral y experiencia en el manejo de estos casos; además, los SINDIS tienen un proyecto para la apertura de la Clínica de Trastornos de Espectro Autista en el que se incluye el síndrome de Asperger, a fin de brindar atención multidisciplinaria y de calidad.
La SS advierte que el diagnóstico oportuno y acertado hace una gran diferencia en la calidad de vida de la persona y de su familia, así como de una adaptación a las exigencias educativas, laborales y sociales, además de que el síndrome afecta más niños que a niñas.
Es indispensable poner atención en la detección de estos síntomas lo más pronto posible en el desarrollo del niño, pero también en adolescentes y adultos que no han podido entender la causa de sus dificultades y no han encontrado un tratamiento adecuado.