Cuando Richard Parker se fue de Vietnam en 1970, pretendía dejar sus recuerdos de ataques con napalm encerrados en el pasado. Pero en lugar de eso, con el paso de los años, ellos lo han perseguido a él.
“Nosotros fuimos los chicos malos”, dijo Parker, que ahora tiene 65 años, del conflicto librado por Estados Unidos en Vietnam. “Tenía algunos fantasmas con los que acabar”.
En 2011, Parker voló desde Illinois a Danang, una ciudad en el centro de Vietnam donde había trabajado durante 22 meses como constructor para la Marina. Al principio visitó lugares cercanos que seguía recordando, incluyendo un puerto de montaña donde había visto disparar.
En el mismo viaje, un hombre vietnamita que en su día trabajó con los Marines le presentó a algunos veteranos como él que vivían en Danang a tiempo completo. Parker disfrutó conociéndolos y viendo el país con nuevos ojos – tanto que se mudó a la ciudad unos meses después.
La presencia de veteranos estadounidenses en el Vietnam de hoy en día – y la cálida acogida que suelen recibir – es otra señal de cuánto ha avanzado la situación entre ambos países desde la normalización de sus relaciones en 1995.
“Quieren ver un Vietnam diferente”, dijo Nguyen Thi Nga, de 34 años, que suele recibir a veteranos estadounidenses y otros expatriados en su restaurante junto al mar en Danang. La estructura de bambú tiene vistas a la playa de Non Nuoc y al cercano Mar de la China Meridional. Conocida en su día como “Playa China”, Non Nuoc era un bálsamo para la mayoría del personal estadounidense durante la guerra.
“Quizás se dieron cuenta de que la guerra era demasiado fea, o quieren corregir algunas de las cosas malas que los americanos hicieron aquí”, agregó Nga.
Las fuerzas comunistas tomaron el control de Saigón, la capital del antiguo Vietnam del Sur apoyado por EEUU, el 30 de abril de 1975, poniendo fin a un conflicto en el que murieron unos 58.000 estadounidenses y se cree que tres millones de vietnamitas.
Cuarenta años después, Washington está fortaleciendo sus lazos estratégicos y económicos con Vietnam esperando contrarrestar la creciente influencia de China en Asia. El año pasado, Estados Unidos levantó parcialmente el embargo que pesaba desde hace años sobre la venta de armamento letal a Hanói. Vietnam es también una de las 12 naciones incluida en el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica liderado por Estados Unidos.
La embajada estadounidense en la capital vietnamita dice que no tiene registros de cuántos veteranos residen en el país o lo visitan con frecuencia. Pero Parker dijo que ha conocido a más de una docena que pasan más de la mitad del año en Danang.
Bill Ervin, un ex Marine de Colorado que ahora gestiona una agencia de viajes en el país junto a su esposa vietnamita, asegura conocer a unos 50 veteranos australianos y estadounidenses que viven en la zona durante al menos cuatro meses al año. Otros, apunta, acuden a la región habitualmente con visados de turista.
Varios veteranos dijeron en entrevistas que habían regresado a Vietnam para enfrentar sus demonios de la guerra, y para ver más de un país que les había impactado mucho en su juventud.
“Supongo que intentan volver a entrar en contacto con algo dentro de ti”, dijo Ervin, quien se mudó a Danang en 2007. “Dejaron una gran parte de sí mismos aquí.”
Los veteranos hablan también de un sentimiento de responsabilidad personal o colectiva por los daños causados por el ejército de Estados Unidos, tanto por la violencia durante la guerra como por el legado químico que persiste hoy en día.
Entre 1962 y 1971, el ejército estadounidense lanzó unos 20 millones de litros de Agente Naranja y otros herbicidas sobre un cuarto de la superficie que ocupaba Vietnam del Sur, destruyendo una zona no contigua de bosque del tamaño del estado de Massachusetts. La dioxina química tóxica – un ingrediente del Agente Naranja – persiste en el suelo y las cuencas hidrográficas del país.
Vietnam dice la dioxina ha provocado cánceres, defectos de nacimiento y otros problemas de salud. Washington sostiene que las pruebas científicas no son concluyentes – aunque lleva a cabo un programa de limpieza de la toxina por importe de 43 millones de dólares en la antigua base aérea estadounidense en Danang. Los veteranos que sirvieron en Vietnam pueden accede a una compensación por incapacidad derivada de la exposición al Agente Naranja.
Chuck Palazzo, un ex marine que sirvió en Danang, volvió al país en 2001, antes de cofundar la filial vietnamita de Veteranos por la Paz, una asociación sin ánimo de lucro con sede en San Luis. El grupo organiza un viaje anual a Vietnam para veteranos y activistas, apuntó, y normalmente recauda unos 50.000 dólares anuales para ONG vietnamitas que tratan el legado de la guerra.
Alrededor de dos o tres veteranos estadounidenses visitan cada semana la Asociación de Víctimas del Agente Naranja en Danang, un grupo de apoyo sin ánimo de lucro para personas con discapacidades vinculadas a la dioxina, señaló Phan Thanh Tien, vicepresidente de la ONG. Tien dijo que más de la mitad vuelven con asiduidad.