Las fuerzas ucranianas tropezaron con una infinidad de problemas en su lucha contra los separatistas prorrusos: liderazgo y equipamiento deficientes y poca coordinación, pero sobre todo la presencia de soldados rusos, pese a los desmentidos de Moscú.
Cuando en abril de 2014 las autoridades ucranianas lanzaron una “operación antiterrorista” para acabar con la insurrección en el este del país disponían de un ejército heredado de la Unión Soviética que no había dejado de deteriorarse desde la independencia de Ucrania en 1991. Y según algunas estimaciones, sólo 6.000 de estos soldados estaban realmente operacionales.
En la actualidad, más de 50.000 militares participan en la operación en el este pero, según los expertos, una “crisis de gestión” ha llevado a la toma de decisiones incorrectas y a falta de disciplina. Sin embargo, según numerosos analistas, las derrotas se deben principalmente a la intervención directa, al menos en momentos claves, de soldados rusos.
Pese a la presencia de periodistas, de informes de países occidentales y de la detención de soldados rusos por los servicios secretos ucranianos después de haberse “perdido” en el este, nunca se ha podido probar su despliegue.
Rusia siempre ha desmentido la presencia de su ejército regular en Ucrania y dijo que sólo había “voluntarios” que se habían ido a luchar por decisión propia, pero muchos expertos occidentales, ucranianos y rusos no acaban de creérselo.
“No hablamos de fuerzas rebeldes, sino de tropas rusas” que están “intrínsecamente implicadas en lo que está sucediendo”, resumió a AFP Peter Felstead, redactor de IHS Jane’s Defence Weekly, con sede en Londres. Para muchos expertos, la rebelión prorrusa, que comenzó en abril de 2014 antes de transformarse en una guerra con más de 6.000 muertos, fue orquestada desde el comienzo por los servicios especiales rusos.
Algunos de los soldados sin insignia que irrumpieron en edificios oficiales en el este de Ucrania recordaban a los que ocuparon la península ucraniana de Crimea tres semanas antes de su anexión por Rusia en marzo de 2014.
El presidente ruso, Vladimir Putin, negó un tiempo que sus soldados hubieran participado en la anexión de la península ucraniana, pero acabó reconociendo la participación de tropas de élite de la inteligencia militar, de la infantería de marina y de los paracaidistas.
Según el Gobierno ucraniano, el ejército ruso bombardeó desde Rusia varias zonas fronterizas con Ucrania, permitiendo a los separatistas tomar el control de una parte de la frontera.