Una persona recibió un balazo en la cabeza, otras 25 resultaron lesionadas y 88 fueron detenidas en un enfrentamiento el jueves entre policías y seguidores del derrocado presidente Manuel Zelaya. La policía dispersó con gases lacrimógenos a uno 2.000 manifestantes que bloqueaban una de las carreteras principales de ingreso al norte de esta capital. Lo mismo hizo en otros once puntos del territorio nacional.
“El herido en Tegucigalpa se llama Roger Vallejo, tiene un disparo en la cabeza”, dijo a la AP el vocero de la policía Daniel Molina, que aclaró que “la bala provino de los protestantes”. El herido es maestro de educación primaria y fue llevado a un hospital público cercano.
El líder de los manifestantes Carlos Reyes resultó fracturado en su brazo derecho. El es candidato presidencial independiente de izquierda para los comicios generales de noviembre.
Mientras tanto, el Congreso postergó hasta el lunes debatir la amnistía política para Zelaya y el gobierno de facto propuso al mediador Oscar Arias enviar una comisión a esta capital para convencer a líderes empresariales sobre la posibilidad del retorno del mandatario depuesto. “Nos estamos reuniendo con líderes de grupos sociales para lograr un consenso y adoptar en tres días una resolución conjunta sobre el tema (de la amnistía)”, dijo a la AP el diputado del opositor Partido Nacional, Antonio Rivera.
La posibilidad que Zelaya retorne bajo una amnistía y, más aún, que reasuma la presidencia es repudiada por diversos sectores en Honduras. “Estamos en desacuerdo con toda negociación que conlleve al perdón de los delitos en contra de los imputados, sobre todo en los casos de delitos de índole político”, señaló el fiscal general Luis Alberto Rubí en un comunicado.
Arias dijo en Costa Rica que recibió una llamada del mandatario de facto Roberto Micheletti quien le pidió solicitar al ex presidente del BID Enrique Iglesias ir a Honduras a conocer la situación de primera mano y persuadir a algunos grupos de poder para que acepten una salida negociada al conflicto. Arias dijo que si Iglesias acepta tendría que encontrarse con varios sectores, “pero fundamentalmente con empresarios que están apoyando (a Micheletti) y que han sido muy reticentes a considerar la posibilidad de que el presidente Zelaya sea restituido”.
La vicecanciller designada Lorena Alvarado dijo a la AP: “no me toca a mí aclarar esa situación, pero lo que dicen en el exterior no es congruente con lo que ocurre en este gobierno”. Micheletti pidió en un comunicado al gobierno estadounidense que apoye los esfuerzos de mediación emprendidos por Arias y criticó las últimas medidas tomadas por Washington para sancionar a Honduras.
“Pase lo que pase, lo peor que puede hacer Estados Unidos es imponer sanciones comerciales que afectarían a los más pobres”, añadió. En los días posteriores al golpe, Estados Unidos anunció que suspendería unos 180 millones de dólares en programas de ayuda, mientras que la Unión Europea suspendió 93 millones de dólares en asistencia. Una parte importante de esa ayuda está dedicada directamente a financiar el presupuesto del gobierno.
El departamento de estado estadounidense aumentó la presión el martes al revocar las visas diplomáticas que gozaban el ministro de Defensa, el comisionado de derechos humanos, el presidente del congreso y el magistrado de la Corte Suprema de Justicia que firmó el 26 de junio la orden de arresto para Zelaya