En México conforme avanzan los días parece que se lograra vencer a la inflación a menos de que ocurriera algo extraordinario como por ejemplo una quiebra de banco (no se a la vista) o un rescate carretero (no hay tal), aeroportuario, etc.
Ok, la inflación según se esta proyectando será para este año de 4.74 por ciento, aunque ustedes y yo sabemos que andará en forma real en un 8 por ciento lo que quiere decir es que en nuestro bolsillos lo reflejamos en un… 20 por ciento mas o menos.
¿No?
Lo grave y que pocos se han percatado es que para el mes anterior, se proyectaba casi medio punto abajo, en 4.34 por ciento, y eso que nos falta medio año por delante.
Claro, viene medio año que se va rápido y por animo festivo de muchos es de gastos, mes de la patria, ingreso a clases, de día de la raza, revolución, de muertos, llega diciembre, brindis de empresas, posadas, vacaciones, días de navidad y año nuevo, en fin… La derrama causa crecimiento, ¿pero a que costo?
Muchos de los que gastan esta segunda mitad del año lo padecerán el próximo año a menos de que sean medidos, cuestión que pocas ocasiones ocurre.
México si llegara a una inflación del 6 por ciento, estaríamos sintiéndola en nuestros bolsillos como del 33 por ciento lo que ya desbalancearia a muchos en sus gastos y, pudiera provocar crecimiento en la cartera vencida de los bancos y movería a desaceleración económica fuerte (nada que ver como la de Estados Unidos que sabremos a ciencia cierta como por diciembre si hay o no recesión cuestión que a Warrent Buffet y a mi, nos queda claro hay) y quizá el próximo año seria igual que este y eso, por el gasto publico del gobierno en año electoral e infraestructura.
Así que un consejo, paguen tarjetas de crédito.
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