Basta pasar cerca para que el humo blanco, tibio y aromático de las hierbas mezcladas con el carbón, lo convenza de que estos son unos de los mejores tacos de la Ciudad de México. El olor de los muslos de pollo marinados se mezclarán con el de la longaniza que cruje sobre las brasas al rojo vivo. Será imposible seguir su camino como si nada y lo pensará dos veces antes irse sin probarlos.
En una esquina conservan el bracero con el que iniciaran hace cuatro años en la puerta del edificio donde hasta la fecha don Antonio trabaja de portero. Sobrevivió a las redadas de la delegación y hoy sólo sirve para encender el fuego mientras dos largas parrillas hacen todo el trabajo, de lunes a sábado de 7 a 11 pm.
“La señora -cuenta con respeto su hijo César- empezó con algo pequeño, nada más compraban dos quilos de bistec y otros de pollo, un día llegó un cliente y pidió 40 tacos”, cerraron temprano pero con la sensación de que el negocio tenía futuro.
La carta ha crecido a petición de la gente, primero sólo eran los muslos de pollo con dos tortillas, frijoles y su nopal ($18), luego el bistec y la longaniza ($10 c/u), de ahí vinieron los combinados ($15) y hasta el volcán ($8) invento de otra cliente, Paty, que quería “una doradita con frijoles y queso”. La especialidad es la papa rellena de bistec, longaniza y mantequilla ($20).
“A mi mujer no le gusta comer en la calle, por eso nosotros hacemos todo de manera casera”, cuenta don Antonio sin quitarse el tapabocas, que como todos en los Tacuquis, trae puesto para cocinar. Las salsas son de “ajos y cebollas” pues es lo que se escucha cada vez que alguien les da el primer “llegue”, la amarilla es puro habanero y la de piña, muy sabrosa, también; para este viernes doña Estela se comprometió a preparar una menos picosa.
¿Cómo llegar? Río Elba esquina Río Lerma colonia Cuauhtémoc junto a la parada de las Ecobicis y atrás de la Torre Mayor, muy cerca del bosque de Chapultepec