El periodista Ioan Grillo, autor del libro Caudillos del Crimen, consideró, en entrevista con Quadratín México, que lo ocurrido en Tanhuato, Michoacán, donde el 22 de mayo del año pasado 22 personas murieron de manera arbitraria a manos de la Policía Federal (PF), es sólo la punta del iceberg de lo que ocurre en México por la guerra contra el narcotráfico.
“Los casos son la punta del iceberg. Si vemos, en 10 años de narco guerra en México, las fuerzas federales han estado involucradas en distintas acciones judiciales”, dijo el reportero, quien tiene una experiencia de 10 años en cobertura de narcotráfico en México, especialmente en Michoacán.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dio a conocer el 18 de agosto un informe sobre el operativo realizado en Tanhuato, el 22 de mayo de 2015, y reveló que además de las ejecuciones arbitrarias, se modificó la escena para hacer aparecer armadas a personas que no lo estaban y a quienes quedaron vivos se les torturó. Grillo, en su libro de reciente aparición y editado por Grijalbo, recopiló el testimonio de un policía federal que le compartió cómo la tortura fue empleada como una forma de obtener información, especialmente en el periodo comprendido entre 2010 y 2011 en Michoacán.
Un elemento a tomar en cuenta para explicar la brutalidad con que la policía federal y otras corporaciones federales reaccionan es que buscan venganza, luego de los ataques brutales que sufren de parte de la delincuencia y que les ha causado dos mil bajas, añadió.
“Han sido muchos policías federales muertos, desaparecidos, ellos sienten y también cómo los emboscan y entonces buscan venganza”, agregó. En su trabajo reporteril, policías federales le han dicho que en Tamaulipas también ha sido brutal. Cuestionado sobre si considera que los ataques puedan ser cometidos con la aprobación de mandos superiores, fue cauto y aseguró no tener pruebas, pero por el número de casos, no lo descarta. “No tengo la prueba para decir que se cometen estos casos así, pero la evidencia es que son prácticas muy comunes”.
Refirió que distintas organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han documentado casos de tortura cometidos por fuerzas federales y de ello, también, hablan de manera frecuente delincuentes que están presos. La violencia y las amenazas de la delincuencia organizada se extienden no sólo a los policías federales, sino también a abogados de los elementos policiacos, según le contó uno de ellos. “Hay muchos policías federales con un trabajo difícil y hablas con sus abogados y dicen que tenían o estaban en riesgo”.