La auxiliar de enfermería española que superó el ébola, Teresa Romero, ofreció ayer su sangre para curar a otros enfermos durante su primera comparecencia pública antes de abandonar el hospital en el que ha estado casi un mes ingresada.
La sanitaria, de 44 años, llegó a la sala de prensa del Hospital Carlos III de Madrid arropada por su marido y por sus compañeros, que le brindaron un gran aplauso.
Romero, la primera persona que se contagió del ébola fuera de África, agradeció la labor del equipo que la atendió en el hospital de Madrid, donde luchó por su vida hasta el 21 de octubre, día en el que se confirmó que estaba libre de ébola.