Hace más de un mes que las fuerzas del gobierno iraquí expulsaron al grupo Estado Islámico fuera de Tikrit, la ciudad natal de Abu Mustafa, pero él no ha regresado aún por temor a las milicias chiíes que ahora patrullan sus bombardeadas y estropeadas calles, por ello mismo nadie quiere salir, nadie quiere ser visto, nadie quiere andar por esta ciudad fantasma.
El acomodado empresario, que huyó a la relativamente segura región curda iraquí antes del comienzo de la operación, ha oído de saqueos y vandalismo generalizados, que afectaron también a sus propiedades. Y ha oído que los milicianos se vengan de suníes como él, a los que consideran simpatizantes del grupo extremista.
Los comandantes de milicias chiíes niegan esas acusaciones y han pedido a los vecinos suníes de Tikrit que regresen. Pero de los cientos de miles de personas que huyeron, sólo unos pocos han vuelto, complicando los esfuerzos del gobierno por restaurar la vida cotidiana y recudir las diferencias religiosas en el país, Tikrit parece condenada a que sea ya una ciudad fantasma.
Abu Mustafa, que pidió que no se empleara su nombre completo por miedo a represalias, dijo estar deseando volver a casa con familia de 10 miembros. Desde principios de marzo viven en un apartamento arrendado en la ciudad norteña de Sulaimaniyah.
“Éramos optimistas sobre la participación de las milicias chiíes en la batalla de Tikrit, pero esto se convirtió en conmoción al saber de las fechorías que cometieron”, dijo el mayorista de alimentación, de 66 años. “Por ahora, dudo que mi familia esté segura si volvemos a la ciudad”.
Cuando se fue dejó dos autos en el garaje, señaló, pero ahora amigos que tiene en la policía -un contingente suní de personas de la zona y que comparte con dificultades la autoridad con las milicias y el ejército- le dijeron que han desaparecido.
Desde que el grupo extremista Estado Islámico capturó Tikrit en junio de 2014, unas 400.000 personas huyeron de la provincia de Salahuddin, donde se encuentra la ciudad, según Sattar Nowruz, portavoz del Ministerio de Migración y Desplazados.
La Organización Internacional de la Migración ha seguido la pista de unas 5.000 familias en total que volvieron a la provincia.
“Si estamos hablando de la ciudad de Tikrit, la zona principal, nadie regresa que sepamos. En las zonas circundantes ha habido algunos regresos”, señaló Javier Río-Navarro, de la operación de ayuda humanitaria de la UE.
Nada más recuperar la ciudad, el primer ministro, Haider al Abadi, tuvo que pedir al ejército que detuviera los saqueos generalizados de lo que describió como bandas criminales. Pero muchos vecinos culpan de los saqueos a las milicias chiíes, que según creen se vengan de la ciudad suní, donde nació Sadam Husein.
Los otrora dominantes suníes han perdido influencia bajo sucesivos gobiernos de liderazgo chií desde la invasión en 2003 liderada por Estados Unidos que derrocó la dictadura suní de Sadam y entregó el poder a la mayoría chií. Las tensiones religiosas llevaron a una gran violencia en 2006 y 2007, cuando murieron decenas de miles de personas.
Abu Badr, otro vecino de Tikrit desplazado, ha recurrido a vender las joyas de su esposa para alimentar a la familia y pagar un alquiler en la capital de la región curda, Irbil. Pero dice que no se atreve a volver a Tikrit después de ver los videos en medios sociales que parecen mostrar saqueos y casas incendiadas.
“No confiamos en las fuerzas de seguridad iraquíes y no estamos seguros de si pueden protegernos de Daesh si atacan la ciudad de nuevo”, dijo, empleando el acrónimo en árabe para el grupo Estado Islámico. Como Abu Mustafa, pidió que no se recogiera su nombre completo por motivos de seguridad.
Karim al-Nuri, portavoz de las Fuerzas de Movilización Popular, como se conoce oficialmente a las milicias chiíes, describió esos temores como “injustificados y exagerados”.
“Instamos a la gente de Tikrit a volver a casa, y no deben escuchar a rumores desinformadores”, dijo a medios de comunicación.
Pero tanto él como otros oficiales admitieron que llevará algún tiempo hacer habitables de nuevo las zonas recuperadas.